«Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe. Esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, y no por obras, para que nadie se jacte» (Efesios 2:8-9).

Imagina que estás en el umbral de un nuevo año. Miras hacia atrás y ves tus errores, tus luchas y tus fracasos. Pero también ves la gracia de Dios que te ha sostenido en medio de todo.

El inicio de un nuevo año es un recordatorio de la gracia inmerecida de Dios que nos ha salvado. No podemos salvarnos gracias a nuestras propias obras o logros. La salvación es un regalo gratuito que debemos recibir por fe. No importa cómo haya sido el año anterior, la gracia de Dios nos ofrece una nueva oportunidad.

La gracia de Dios nos anima a dejar atrás nuestros errores y fracasos, y a mirar hacia adelante con esperanza. No estamos limitados por nuestras debilidades, sino fortalecidos por el poder de Dios que obra en nosotros. En este nuevo año, podemos confiar en que su gracia nos capacitará para vivir una vida plena y significativa.

La gracia de Dios también nos hace humildes y nos recuerda que no podemos depender de nosotros mismos. El nuevo año no se trata de nuestras propias metas y resoluciones, sino de confiar en la gracia de Dios, que nos capacita para vivir de acuerdo con su voluntad, y nos ayuda a crecer en nuestra relación con Él.

Que este nuevo año esté marcado por la gracia de Dios. Que podamos confiar en su amor y misericordia en cada paso que damos. ¡Que tengas un bendecido y transformador año nuevo!

Oración: Querido Dios, gracias por tu gracia inmerecida que me salva y me sostiene. Al comenzar un nuevo año, te pido que me guíes y me des la fortaleza para vivir de acuerdo con tu voluntad. Amén.

Tomado de: Lecturas Devocionales de Adolescentes 2025
“MEGAVALIOSOS»
Por: Andrés J. Peralta

Colaboradores: Jhygceli Dávila y Adriana Jiménez