domingo , 28 diciembre 2025
Lección de Universitarios 2026

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Lee el texto de esta semana: 1 Reyes 10: 1-13

Presentar una defensa

Jesús.

A ningún otro nombre en la historia se lo ha asociado con tanta bondad, tanta maldad y tanta confusión. Guerras, ascensos y caídas de naciones, e incluso el curso de la historia global de la humanidad han cambiado por causa de este nombre. En casi todos los países, la figura de Jesús evoca algún tipo de pasión. Dios está siendo juzgado y el mundo entero observa y debate sus conclusiones.

En esta magnífica sala de audiencia, la humanidad ha sido llamada a declarar en favor o en contra del Acusado celestial. Aquí es donde entra en acción la apologética. La palabra griega apología se usaba en las antiguas cortes de juicio para presentar la defensa legal de alguna idea o experiencia filosófica. Pedro usó esta palabra ya en su Primera Epístola: «Manténganse siempre listos para defenderse [apologia], con mansedumbre y respeto, ante aquellos que les pidan explicarles la esperanza que hay en ustedes» (1 Ped. 3: 15, RVC). De esta palabra griega, definida como «defensa verbal, discurso en defensa de algo»,1 deriva el término «apologética», que significa presentar una buena defensa de las creencias teológicas a través de la filosofía, la ciencia, las artes y la lógica. La apologética cristiana contesta los argumentos que se levantan en contra del cristianismo y proporciona razones para creer.

En Isaías 43: 10, Dios declara: «Ustedes son mis testigos». Fíjate que Dios no dice nada de si sus testigos son elocuentes, refinados o completamente desastrosos. Tampoco nos pide que seamos sus testigos; ya somos sus testigos. Lo único que debemos decidir tú y yo es qué tipo de testimonio queremos dar acerca de Dios.

La apologética es una parte esencial de la testificación cristiana. No es necesario que seas pastor ni teólogo para ser un apologista eficaz. Algunos de los mejores apologistas son personas comunes que simplemente están comprometidas con la tarea de ayudar a otros a comprender la belleza y la verdad de Dios. De hecho, todos nos involucramos de una u otra manera en la apologética, aunque no nos demos cuenta. Lo importante es que estemos seguros de presentar nuestra fe de manera amable y efectiva, pues el papel de un apologista es quitar las barreras intelectuales y emocionales para la fe, lo que permitirá que las personas vean un retrato más fiel de Dios.

El hecho de compartir nuestra fe a través de la apologética no solo beneficia a otros, sino también a nosotros mismos. Al participar en conversaciones sobre creencias, la apologética puede ayudarnos a sentirnos más seguros de lo que creemos y por qué lo creemos. Este proceso refuerza nuestra comprensión de la bondad de Dios y realza nuestro sentido de propósito en su plan superior. «Los cristianos siempre han tenido que involucrarse en la apologética para dar las razones de su fe a quienes se las piden. Al hacerlo, inevitablemente también se replantean su fe ellos mismos».2 Cuando se la utiliza correctamente, la apologética le da un aire nuevo a la iglesia, pues revela tanto la credibilidad como la belleza de la fe cristiana. Es importante destacar que la apologética no se trata de presentar grandes argumentos o de ganar discusiones; se trata de buscar mejores razones para creer. Presenta defensa frente a las filosofías anti bíblicas, brinda nuevas plataformas para el diálogo y guía a las personas para que vean quién es Dios realmente.

La gente busca respuestas que sean creíbles. Uno de los mayores desafíos que enfrentan los apologistas son los malentendidos sobre el cristianismo. En este desafío radica la misión de la apologética: rescatar al cristianismo de las interpretaciones erróneas y las suposiciones falsas mostrando su verdadera naturaleza al mundo. En definitiva, la apologética se trata de mostrar claramente la verdadera imagen de Dios, así como lo revelan las Escrituras: Dios es amor.

En las próximas trece semanas, al ahondar en el tema de la apologética, comprenderemos de manera más profunda las razones de nuestra fe. Nos equiparemos con herramientas para explicar y defender nuestras creencias. Y, lo más importante, nos encontraremos cara a cara con el Dios de amor y seremos llamados a reflejar esa imagen a los demás a través de la manera en la que vivimos.

¿Te has imaginado alguna vez a ti mismo como un apologista cristiano? ¿Por qué crees que más personas deberían interesarse por la apologética y no dejárselo solo a pastores y eruditos?

Escribe de tu versión preferida de la Biblia Reyes 10:1-13. O, si lo prefirieres, puedes parafrasear el pasaje o hacer un esquema o un mapa conceptual del mismo

¿Cómo interactuó Salomón con la reina Sabá y sus preguntas?

¿Qué principios de testificación podemos aprender de este relato bíblico?

Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2026.
4to trimestre 2026 «APOLOGÉTICA: EL AREÓPAGO»
Lección # 01  «PRESENTAR UNA DEFENSA»

Colaboradores: Jassiel Taveras de la Rosa y Adriana Jiménez

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