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«El Señor le había dado sus órdenes a Moisés, y Moisés se las dio a Josué, quien las cumplió en todo, sin pasar por alto ninguna de ellas» (Josué 11:15).
Fue la oportunidad de ganar cuatrocientos dólares en efectivo lo que nos hizo madrugar tanto. Era una mañana invernal, aunque Seth y yo no estábamos preocupados por las condiciones climáticas, sino por la multitud de personas que vendrían a competir por el premio en efectivo.
Nuestra escuela organizaba una yincana por equipos alrededor del campus, encontrando pistas y resolviendo acertijos para así poder acceder a la siguiente pista, y a la siguiente… ¿Quién en su sano juicio no lo intentaría por tanto dinero? Pero a medida que corríamos hacía la línea de salida, nos quedamos sorprendidos al encontrar allí solamente a otro grupo en pie: eran estudiantes de primer año, que parecían haberse caído de la cama.
Ellos estaban con cara de sueño y bostezando; nosotros, estudiantes de postgrado, llevábamos horas nerviosos.Nuestras posibilidades de ganar pintaban bien. Y a la hora de comenzar, cuando tan solo otros dos grupos habían aparecido, Seth y yo supimos que el dinero sería nuestro. Por eso, durante las tres horas siguientes, disfrutamos del dulce momento. Vimos a los otros equipos correr a toda velocidad en círculos y nos reímos mientras tranquilamente corríamos de una pista a otra. Nunca llegaron a acercarse a nosotros, y al final el dinero fue nuestro.
Josué, como nosotros, siempre supo que iba a vencer. Antes de cada batalla, el Señor le aseguró: «Yo te daré la victoria». Josué derrocó a treinta y un reyes, y a un sinnúmero de ciudades. Esta hazaña militar era realmente una gran conquista, pero él fue capaz de luchar de esa manera solo porque Dios estaba con él; así que él sabía que ¡ba a vencer.
Uno corre una carrera y se enfrenta a una pelea de un modo diferente si sabe que va a ganar, ¿no es cierto? Cuando tienes asegurada la victoria, cambia el modo en el que luchas, lo haces con confianza en lugar de con miedo. No sé a qué te estás enfrentando ahora mismo, pero recuerda que la gran batalla ya ha sido ganada. Jesús venció a Satanás en el Calvario. Aunque parezca que el mal está triunfando en el mundo y en tu vida, recuerda que ya hay un ganador, Jesús.
#MatinaldeAdolescentes
#RadioJovenAdventista
#MeditacionesDiarias
Tomado de: Lecturas Devocionales para Adolescentes 2017.
“FUSIÓN”
Por: Melissa y Greg Howell Seth Pierce.
Fue la oportunidad de ganar cuatrocientos dólares en efectivo lo que nos hizo madrugar tanto. Era una mañana invernal, aunque Seth y yo no estábamos preocupados por las condiciones climáticas, sino por la multitud de personas que vendrían a competir por el premio en efectivo.
