«Dije en oración: «Dios mío, estoy confundido y siento vergüenza de levantar el rostro hacia ti, porque nuestras maldades se han amontonado hasta cubrirnos por completo; nuestra culpa ha llegado hasta el cielo. […] Pero ahora tú, Señor y Dios nuestro, por un breve momento nos has mostrado tu bondad al permitir que un remanente quede en libertad y se establezca en tu lugar santo. Has permitido que nuestros ojos vean una nueva luz, y nos has concedido un pequeño alivio en medio de nuestra esclavitud»». Esdras 9: 6-8, NVI
EL PESAR DE ESDRAS y de sus colaboradores por los males que se habían infiltrado insidiosamente en el mismo corazón de la obra de Dios, produjo arrepentimiento. Muchos de los que habían pecado quedaron profundamente afectados. […] Empezaron a comprender en forma limitada el carácter odioso del pecado, y el horror con que Dios lo considera. Vieron cuán sagrada es la ley promulgada en el Sinaí, y muchos temblaron al pensar en sus transgresiones. […]
Este fue el comienzo de una admirable reforma. Con infinita paciencia y tacto, y con una cuidadosa consideración de los derechos y el bienestar de todos los afectados, Esdras y sus colaboradores procuraron conducir por el camino correcto a los penitentes de Israel. Sobre todo lo demás, Esdras enseñó la ley; y mientras dedicaba su atención personal a examinar cada caso, procuraba hacer comprender al pueblo la santidad de la ley, así como las bendiciones que podían obtenerse por la obediencia. […]
Hoy, cuando, por todos los medios, Satanás procura cegar los ojos de hombres y mujeres para que no vean lo que exige la ley de Dios, se necesitan hombres que harán temblar a muchos ante «el mandamiento de nuestro Dios» (Esd. 10: 3). Se necesitan verdaderos reformadores, que conducirán a los transgresores hacia el gran legislador, y les enseñarán que «la ley del Señor es perfecta: infunde nuevo aliento» (Sal. 19: 7, NVI). Se necesitan hombres poderosos en las Escrituras, hombres que con cada palabra y acción exalten los estatutos de Jehová, hombres que procuren fortalecer la fe.
Hay gran necesidad de cristianos que enseñen e inspiren en los corazones reverencia y amor hacia las Escrituras.— Profetas y reyes, cap. 51, pp. 418-419.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «Para Familiarizarnos con el juicio de Dios» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez