Alegría en la presencia de Dios

«Y Nehemías el gobernador, y el sacerdote Esdras, escriba, y los levitas que hacían entender al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley» (Nehemías 8:9, RV60).

¿Alguna vez te sentiste abrumado por las dificultades que enfrentas en la vida? A veces, la vida puede parecer un torbellino de emociones y desafíos que nos hacen llorar y sentir tristeza. En esos momentos, es esencial recordar la lección que podemos aprender de Nehemías, un valiente líder que encontró alegría en la presencia de Dios, incluso en medio de las luchas.

El versículo de hoy nos cuenta una historia fascinante. Nehemías, un copero mayor del rey, y Esdras, un escriba, se dirigieron al pueblo junto con los levitas que explicaban las Escrituras. Juntos, proclamaron que era un día santo a Jehová, su Dios, y les pidieron a todos que no se entristecieran ni lloraran. Pero ¿por qué? La respuesta es profunda y relevante para nuestra vida.

Cuando Nehemías y Esdras hablaban de un «día santo», no se referían a un feriado en el calendario, sino a un día consagrado a aprender y experimentar la Palabra de Dios. Nos enseñaron que, incluso en medio de los desafíos y las dificultades, la presencia de Dios nos llena de alegría y fortaleza.

Esta lección es esencial para nosotros, ya que enfrentamos nuestras propias batallas en la escuela, en la familia y en la vida en general.

La oración que sigue es simple pero poderosa. Es una súplica a Dios para que nos ayude a valorar sus enseñanzas y encontrar alegría en su presencia, sin importar cuán difíciles sean nuestras circunstancias. En lugar de permitir que la tristeza y las lágrimas nos dominen, podemos confiar en que Dios nos dará la fuerza para superar los desafíos.

Entonces, ¿cómo aplicamos esta lección? Comienza por dedicar tiempo a la lectura de la Biblia y a la oración diaria. A medida que te sumerjas en la Palabra de Dios, encontrarás consuelo, sabiduría y dirección. Además, comparte tus pensamientos y emociones con amigos y líderes espirituales de confianza, quienes pueden ofrecerte apoyo y aliento en los momentos difíciles.

Oración: Querido Dios, ayúdame a valorar tus enseñanzas y a alegrarme en tu presencia, incluso en tiempos de dificultad.