«Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús».
Efesios 2: 7
Nadie puede dejar que por su vida y su corazón fluya hacia los demás el río de bendiciones celestiales sin recibir para sí mismo una rica recompensa.
La gracia de Cristo en el alma desarrolla atributos del carácter que son opuestos al egoísmo, atributos cuyo efecto es refinar, ennoblecer y enriquecer la vida. Los actos de bondad hechos en secreto ligarán los corazones y los acercarán al corazón de Aquel de quien procede todo impulso generoso. Las pequeñas atenciones y los actos insignificantes de amor y de sacrificio, que manan de la vida tan quedamente como la fragancia de una flor, constituyen una gran parte de las bendiciones y goces de la vida. Al fin se verá que la abnegación para bien y dicha de los demás, por humilde e inadvertida que sea en la tierra, se reconoce en el cielo como muestra de nuestra unión con el Rey de gloria, que «siendo rico, se hizo pobre» por nosotros.
Aunque los actos de bondad sean realizados en secreto, no se puede esconder su resultado sobre el carácter de quien los realiza. Si trabajamos sin reserva como seguidores de Cristo, el corazón se unirá en estrecha vinculación con el de Dios, y su espíritu, al influir sobre el nuestro, hará que el alma responda con armonías sagradas al toque divino.
El que multiplica los talentos a los que emplearon con prudencia los dones que les confió, reconocerá con agrado el servicio de sus creyentes en el Amado, por cuya gracia y fuerza obraron. Quienes hayan procurado desarrollar y perfeccionar un carácter cristiano. mediante sus facultades para producir obras buenas, cosecharán en el mundo venidero lo que aquí sembraron. La obra empezada en la tierra llegará a su consumación en aquella vida más elevada y santa que perdurará por toda la eternidad.— El discurso maestro de Jesucristo, cap. 4, pp. 129-131.
El que es rico «para con todos los que lo invocan» (Rom. IO: 12) dijo: «Den y se les dará» (Luc. 6: 38, NVI). Todo sacrificio hecho en su ministerio será recompensado conforme a «las abundantes riquezas de su gracia» El Deseado de todas las gentes, cap. 25, p. 220.
SOLO POR GRACIA
Tomado de: Lecturas Devocional Vespertino 2025
«La Maravillosa Gracia De Dios»
Por: Elena G. White
Colaboradores: José Sánchez y Silvia García
