martes , 25 noviembre 2025
Lección de Univversitarios 2025

inTerpreta

«Dame esta montaña»

Caleb fue uno de los doce espías que habían sido enviados inicialmente para recabar información sobre la tierra cuando Israel acampó en Cades-barnea. De esos doce, solo Josué se unió a él para presentar un informe positivo de su exploración. El informe de ellos dos estaba tan en desacuerdo con el de los otros espías, que los diez estaban dispuestos a matar a Caleb y a Josué. El desacuerdo de Caleb y Josué con el resto se basaba en su creencia de que Dios era capaz de entregar a los guerreros más feroces de Canaán en manos de Israel. Su fe se vio ahogada por protestas airadas y ruidosas, que desembocaron en una innecesaria travesía de cuarenta años por el desierto.

Después de unirse al resto de Israel en el sometimiento de la tierra, Caleb se presentó para reclamar su derecho original: «Por eso te pido que me des ahora la región montañosa que el Señor me prometió» (Jos. 14: 12). Caleb pedía la montaña más difícil de toda la región. En lugar de buscar la misión más fácil, se ofreció voluntario para tomar una de las más difíciles. Esto no fue por engreimiento u orgullo, sino porque Caleb confiaba humildemente en Dios y puso el éxito de la misión en sus manos. Quería que el mundo viera su fe en Dios y su confianza en las promesas divinas.

Cuando pensamos en la labor misionera, es natural que elijamos el terreno más fácil, algún lugar con corazones receptivos y gran apertura al mensaje del evangelio. Rara vez estamos dispuestos a aventurarnos en territorio hostil, en zonas con fuerte resistencia; sin embargo, a veces Dios nos llama a ir allí donde los riesgos son altos y los desafíos enormes. Dios no nos llama a buscar la comodidad ni la facilidad.

Pablo se aventuró en algunas de las ciudades más duras del mundo, predicando las buenas nuevas de Jesús en Atenas, Corinto, Roma y Éfeso, entre otras. Todas estas ciudades eran centros de culto pagano, habitadas por ciudadanos profundamente devotos de sus respectivos dioses y sus filosofías paganas. Pablo se adentró en estos territorios declarando con valentía que no se avergonzaba «del evangelio, porque es poder de Dios para que todos los que creen alcancen la salvación» (Rom. 1: 16). Aunque Pablo no vio bautizarse a miles de personas en un solo día como Pedro en Pentecostés, y aunque a menudo fue expulsado de las ciudades, su fiel trabajo en estos difíciles campos estableció una base firme de fe que ha seguido creciendo desde entonces. En estos últimos días, Dios nos ha encomendado llevar el evangelio eterno a toda nación, tribu, lengua y pueblo (ver Apoc. 14: 6), por difíciles que sean los obstáculos. Aceptar este llamado requiere un valor inquebrantable y una fe genuina.

Después de repasar el texto que escribiste y resaltaste:

  • ¿Qué te parece lo que marcaste o subrayaste y relacionaste?
  • ¿Qué preguntas te surgen?
  • ¿Qué partes te parecen más difíciles?
  • ¿Qué otros principios y conclusiones encuentras?

¿Qué montaña te llama Dios a reclamar, independientemente de tu edad o de las expectativas de la sociedad?

Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2025.
4to trimestre 2025 «EL LIBRO DE JOSUÉ»
Lección # 09 «UN GUERRERO ANCIANO»
Colaboradores: Felipe Torres y Adriana Jiménez

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