«»¿Qué tienes en la mano?» —preguntó el Señor. «Una vara»—respondió Moisés». Éxodo 4: 2, NVI
El famoso violinista israelí-estadounidense Itzhak Perlman subió al escenario el 18 de noviembre de 1995 para iniciar su concierto en el Lincoln Hall, en Nueva York. La escena ya era familiar para sus seguidores. Perlman había contraído polio a los cuatro años, por que cada vez que comenzaba un concierto, se le veía aproximarse a una silla con la ayuda de soportes para las piernas y muletas. Una vez sentado, colocaba las muletas a un lado, se desprendía de los soportes, recogía su violín y comenzaba a tocar. Sin embargo, aquella noche algo salió mal.
Al finalizar la introducción de una de sus piezas, se escuchó el inconfundible sonido de una de las cuerdas de su violín al romperse. El público esperaba ver al virtuoso violinista colocarse los soportes y salir del escenario para buscar otro violín o reemplazar la cuerda rota. Sin embargo, para sorpresa de todos, Perlman le indicó al conductor que iniciarade nuevo. La orquesta comenzó y Periman continuó tocando desde donde se había quedado. Se sabe que no se puede interpretar una pieza sinfónica con solo tres cuerdas, pero esa noche ltzhak Perlman se negó a aceptar este hecho. La audiencia observó cómo recompuso la pieza, cambiando los arreglos y la cadencia, modulando y sacando sonidos que parecían no existir hasta ese momento. Al finalizar, el público estalló en aplausos.
Instantes después, Perlman levantó su arco en señal de silencio y dijo calmadamente: «¿Saben? A veces es tarea del músico descubrir cuánta música puede hacer con lo que queda». Estas palabras encierran un grandioso significado. Tú y yo somos instrumentos imperfectos, violines de tres cuerdas, en las manos del Violinista divino. La historia bíblica relata que Noé se emborrachó, Abraham era muy viejo, Sara se rio de Dios, Jacob era mentiroso, Ana era estéril, Sansón era mujeriego, David era un asesino, Elías tenía tendencias suicidas, Job quedó en bancarrota y Noemí era viuda, Jonás huyó de Dios, Pedro negó a Cristo, Eutico se durmió en la iglesia, Pablo era muy religioso, Timoteo era muy joven, Tomás era incrédulo, Zaqueo era muy bajo Lázaro llevaba cuatro días muerto! Sin embargo, Dios fue capaz de «tocar» las melodías más milagrosas e inspiradoras con esos instrumentos rotos. Ese mismo Dios puede utilizarte hoy; puede convertir tu vida en una hermosa sinfonía. Incluso cuando comiences con solo cuatro cuerdas y enfrentes adversidades, él puede crear hermosas melodías «con lo que queda».
Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2025
«HOY ES TENDENCIA»
POR: JORGE L.RODRÍGUEZ
Colaboradores: Isaí Cedano y Karla González
