«Hablar demasiado conduce al pecado. Sé prudente y mantén la boca cerrada».
Proverbios 10:19.
En uno de los lugares donde viví, había un refrán muy conocido para referirnos a alguien que habla mucho y en voz fuerte: «Parece que nació al lado de una catarata». Yo no entendí el sentido de frase hasta que conocí una catarata. Allí, el ruido del agua que cae hace imposible escuchar cualquier otra cosa.
Veo a un niño riendo y a una niña mostrándole un animal a su madre. Decenas de personas hablan, ríen y saltan al agua, pero yo no escucho nada cuando estoy bajo las fuertes y ruidosas aguas de la catarata. Y claro, porque para que te escuchen cerca de una catarata hay que gritar o hablar muy alto, y seguramente alguien no entenderá alguna parte de la conversación.
En un mundo con tantas voces y charlas, donde a veces la gente quiere hablar al mismo tiempo, es importante hacer una pausa y silenciar ese ruido para escuchar la voz de Dios.
La voz del Señor se puede escuchar a través de su Palabra, la Biblia. ¿Quieres escuchar más la voz de Dios?
Mi oración: Señor, ayúdame a escuchar siempre tu voz.
Tomado de: Lecturas Devocionales para Menores 2025.
“PALABRITAS DEL CORAZÓN”
Por: «SARAH SUZANE BERTOLLI & ROGERIO CHIMELLO »
Colaboradores: Liseth Orduz y Karla González
