Qué chasco

«Porque yo conozco los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza» (Jeremías 29:11).

Imagina que estás en un viaje épico. Tienes comida, música y un destino legendario en el GPS. Pero cuando llegas, en lugar del parque temático prometido, encuentras un campo vacío. Fiasco total, ¿verdad? Eso es un poco lo que sintieron los milleritas en 1844 después de esperar la segunda venida de Jesús. Se llamó el Gran Chasco, y aunque fue un golpe duro, nos dejó algunas lecciones increíbles. Aquí hay algunas lecciones que podemos sacar del Gran Chasco:

Maneja las expectativas. A veces, lo que esperamos no es lo que obtenemos. Pero ¿sabes qué? Eso está bien. Aprender a lidiar con la decepción es parte de crecer. Los milleritas esperaban el fin, pero en su lugar, obtuvieron un nuevo comienzo y una fe más profunda.

Ten resiliencia espiritual. La fe verdadera no se trata de nunca caerse, sino de cómo te levantas. Los adventistas tomaron su chasco y lo convirtieron en un movimiento que cambió vidas. Tú también puedes hacer eso con tus propios chascos.

Estudia con más profundidad. La Biblia es como un mapa del tesoro que requiere un estudio serio. Los adventistas se dieron cuenta de que habían interpretado mal las señales, así que se pusieron a estudiar más y encontraron joyas de verdad al entender lo que verdaderamente pasó en el Santuario celestial y la obra especial que Jesús comenzaba a hacer por el bienestar de su Iglesia aquí en la Tierra.

Mantén la esperanza viva. Incluso después de la decepción, los milleritas mantuvieron la esperanza en la promesa de Jesús de volver. La esperanza en Cristo es un ancla para el alma.

Mira hacia adelante. Después del chasco, los adventistas no se quedaron mirando atrás. Miraron hacia adelante, hacia el ministerio y la misión. Del mismo modo, cuando las cosas no salen como esperabas, mira hacia adelante y sigue moviéndote.

El Gran Chasco fue eso, un chasco. Pero también fue el comienzo para algo más grande. Así que si te encuentras en un campo vacío, recuerda que tal vez estés justo donde necesitas estar para el próximo capítulo que Dios tiene para ti.

Oración: En medio de los chascos de la vida, ayúdame a confiar en tus planes y a mantener mi esperanza en ti. Amén.