jueves , 15 mayo 2025
Lección E. Sabática 2025

Jesús en el templo

Hay tensión en toda la historia de la Salvación. Dios desea restaurar la comunión que una vez disfrutamos con él y anhela acercarse a nosotros, pero llevar a los pecadores a su presencia los destruiría. «Tú no eres un Dios que se complace en la maldad. El malo no habitará junto a ti», escribe David (Sal. 5: 4). Al mismo tiempo, David también dice: «Pero yo, por la riqueza de tu constante amor, entraré en tu casa. Con reverencia adoraré en tu santo templo» (Sal. 5: 7).

Lee Hageo 2: 7 al 9. Mientras se construía el segundo Templo, el profeta Hageo comunicó la asombrosa promesa de que el nuevo Templo sería más glorioso que el anterior. ¿Qué significaba esa profecía?

Cuando Salomón dedicó el primer Templo, la gloria (kabod) de Dios que había acompañado a los hijos de Israel en su camino a Canaán llenó el Templo, por lo que los sacerdotes no pudieron permanecer allí para completar su labor (1 Rey. 8: 10, 11). Cuando se dedicó el segundo Templo, no estaba en él el Arca del Pacto, que representaba el Trono de Dios, pues Jeremías la había escondido. La presencia literal de Dios no llenó el Templo esta vez. Fue desgarrador. ¿Cómo se haría realidad la promesa registrada por Hageo? Fue en el segundo Templo donde Jesús, la encarnación de Dios, apareció en persona, en carne y hueso. Dios mismo había salido de detrás del velo para convertirse en uno de nosotros y unirse a nosotros en este mundo arruinado por el pecado. Puesto que el Hijo de Dios era ahora el Hijo del Hombre, podíamos ver su rostro, oír su voz y ser testigos, por ejemplo, de cuando curó con su toque a un leproso impuro (Mat. 8: 3). En lugar de acercarnos a él, Dios se acercó personalmente a nosotros cuando descendió en la persona de Jesús y vino a nuestro encuentro. No es, pues, de extrañar que la Biblia dijera de Jesús: «La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel, que significa: “Dios con nosotros”» (Mat. 1: 23). Piensa en lo que esto significa, que el Creador del cosmos haya estado dispuesto no solo a vivir entre nosotros, sino a morir por nosotros.

La Cruz es la mayor manifestación del amor de Dios. ¿De qué otras maneras podemos ver y experimentar la realidad del amor de Dios?

Lección de Escuela Sabática para Adultos 2025
2do. Trimestre 2025 «ALUSIONES, IMÁGENES Y SÍMBOLOS: CÓMO ESTUDIAR LA PROFECÍA BÍBLICA»
Lección 6: «ENTENDIENDO EL SACRIFICIO»
Colaboradores: Esmeralda Bermudes y Karla González

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