Es cuestión de costumbre
Hace unos años, me senté a conversar con mi supervisor de trabajo. Había dedicado más de cuarenta años de su vida al ministerio, y cuando él hablaba, yo escuchaba. Amaba a ese hombre de Dios por muchas razones, pero especialmente por su capacidad de establecer rutinas efectivas para la vida. Era una criatura de costumbres. Por ejemplo, es coleccionista de periódicos. Si viaja a alguna parte del mundo, consigue los periódicos importantes. También colecciona objetos promocionales especiales de instituciones adventistas de todo el mundo: una botella de agua de aquí, un bolso o un sombrero de allá, etcétera. Si hay un hábito de él que me gusta más que todos los demás es el de llevar un diario. En la década de 1960, comenzó a escribir todos los días, y ha continuado ese hábito durante casi sesenta años. ¿Te imaginas sesenta años de diarios personales?
Los diarios de mi amigo capturaron pruebas y triunfos, lo trivial y lo magnífico, oraciones respondidas y otras que aún esperan respuestas. Puede rastrear la obra diaria de Dios en su vida durante más de medio siglo. Es un registro asombroso del amor de Dios y del poder de una buena rutina. Los hábitos son algo poderoso.
Satanás hará todo lo posible para evitar que desarrolles un hábito en particular: pasar tiempo con Dios cada mañana y cada tarde. Él te distraerá con los medios de comunicación; te instará a que sigas durmiendo cuando suene la alarma del culto; te animará a que hagas un culto rápido para que puedas llegar a la escuela o al trabajo a tiempo; hará que te cruces con personas cuyas necesidades son tan urgentes que deberás detener tu adoración para atenderlas. ¿Has experimentado alguna de estas situaciones cuando has tratado de tomar en serio tu caminar diario con Dios? Si es así, no te desanimes. Lo que necesitas es un plan.
Dedica tiempo al comienzo de cada semana a planificar tu tiempo devocional diario con Dios. Quizás quieras leer tu lección de INVERSO por la mañana, y por la tarde comenzar un estudio sobre la fe en los tiempos del fin. Tal vez tus mañanas serán momentos de oración y tu adoración vespertina estará dedicada al estudio de la Biblia. Independientemente de lo que elijas hacer, no planificar nada es planificar el fracaso. Elaborar un plan y ponerlo en tu calendario, con los correspondientes recordatorios, eliminará la incertidumbre con respecto al tiempo que pasarás con Dios, lo cual puede ser una barrera para la adoración diaria.
Presta atención a cómo te sientes durante los momentos que pasas con Dios. Fíjate en los momentos más destacados y en los menos importantes. Esos momentos resultarán preciosos en los años venideros y podrás tener un registro de la mano de Dios en tu vida.
Medita de nuevo en 1 Crónicas 23 y busca dónde está Jesús en el pasaje.
¿Qué hábito has establecido que ha cambiado tu vida?
¿El estudio de esta semana te hace ver, o volver a ver, a Jesús de manera diferente? Explica tu respuesta.
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2025.
2do trimestre 2025 «DE VUELTA AL ALTAR»
Lección #05 «MAÑANA Y TARDE»
Colaboradores: Felipe Torres y Adriana Jiménez