viernes , 18 abril 2025
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Matinal de Damas 2025

«¿PARA QUÉ ME ENVIASTE?»

«Entonces Moisés dijo al Señor en oración: «Señor, ¿por qué tratas mal a este pueblo? ¿Para qué me enviaste?»» Éxodo 5:22.

Lilian se encontraba trabajando en Bolivia como misionera voluntaria junto con su esposo. Ambos compartían el gozo de servir en una escuela adventista, donde ella se desempeñaba como preceptora de las señoritas. En cierta ocasión, el director de la escuela tuvo que salir y dejó la dirección del centro a cargo del joven matrimonio, que no tardó en verse en un dilema: varios alumnos cometieron un acto digno de disciplina. Sin embargo, no todos los miembros de la Junta estaban de acuerdo en llevarla a cabo. Esta oposición provocó división y sentimientos negativos en el plantel. Fue entonces cuando Lilian le dijo a Dios: «¿Para qué me enviaste a este lugar?».

Siempre que Dios tenga un próspero plan para sus hijos, el enemigo tendrá otro para impedirlo. Moisés estaba pasando por un momento similar al llevar sobre sí el reclamo del pueblo. Él estaba cumpliendo la orden de Dios para darle a Israel un futuro mejor, y lo peor de todo era que no había pedido estar en ese lugar. Sencillamente, Dios lo había colocado allí porque había visto en él a un líder en potencia para el cumplimiento de sus propósitos.

Apenas había terminado de orar, cuando uno de los alumnos que habían cometido la falta grave se acercó a Lilian y le dijo: «Maestra, la disciplina que nos van a poner es correcta; nosotros la necesitamos». Casi en seguida entró una maestra y también le expresó su apoyo. Más tarde, otros maestros también le comentaron que la disciplina era necesaria. «Muchas veces —escribe Lilian—, al ver que nuestro trabajo no produce el cambio que deseamos ver en los alumnos, nos preguntamos para qué estamos aquí. Y poco a poco Dios va haciendo su obra por medio de nosotros y su plan de salvación se cumple en las vidas de nuestros alumnos. Muchos de sus corazones han sido transformados».

Querida amiga, si en algún momento las preguntas «¿para qué estoy aquí?» y «¿para qué me enviaste?» surgen en tu mente, recuerda que Dios te eligió porque vio en ti a la persona indicada para la tarea que estás llevando a cabo. Si te sientes cansada, sigue; si duele, sigue; si hay lágrimas, sigue. La buena noticia es que pronto verás el propósito de Dios cumplirse en tu vida. Tú eres el instrumento y Dios tiene el poder; por lo tanto, no hay obstáculo que no puedas vencer. Tu respuesta está en camino.

Posdata: Feliz de ser enviada.

 

 

Lecturas Devocionales para Damas 2025
“MÁS FELIZ EN CRISTO»
Por: Sayli Lucía Guardado Chan
Colaboradores: Milenia de la Rosa y Silvia García

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