Matinal De Adultos 2025 Para el: 11 marzo
«Pero yo les digo que en el día del juicio los hombres darán cuenta de toda palabra ociosa que hablen» Mateo 12: 36, RVA15.
Se ha calculado que los seres humanos, pronunciamos, por término medio, entre diez mil y treinta mil palabras al día. Qué fácil es decir alguna de la que después tenemos que arrepentirnos! Jesús nos pone en guardia acerca de lo peligroso que puede ser hablar de forma desconsiderada, sin pararnos a pensar si nuestras palabras hieren o perjudican a alguien. Su hermano Santiago lo comprendió muy bien y nos deja algunas de las advertencias más claras y prácticas de toda la Biblia sobre las consecuencias de lo que decimos (ver Sant. 3: 2-12).
En. 1525, uno de los pensadores más interesantes, de todos los tiempos, Erasmo de Róterdam, dedicó a este asunto un libro entero titulado simplemente Lingua (La lengua). He aquí un breve extracto: «No hay desastres que provoquen consecuencias más graves que las guerras, pero no habría guerras entre mortales si las malas lenguas no las provocaran.. ¿Cuántos miles de vidas humanas arruina la calumnia cada día? ¿Y cuántas destruye la mentira? ¿Y cuántas los malos consejos? ¡Ese órgano tan pequeño y blando provoca por sí solo un número incalculable de males, a menos que tengamos un espíritu íntegro para dirigirlo y controlarlo!».
Erasmo fustiga lo que él llama «las malas lenguas», refiriéndose a las personas mal intencionadas que se empeñan en hacer daño, y las hace responsables de la mayoría de las desgracias humanas. Se refiere especialmente a las perversas intenciones que a menudo tienen quienes recurren a mentiras, calumnias, difamaciones, insultos, pro vocaciones o falsedades. Hoy incluiría en un lugar preferente lo que muchos llaman fake news> es decir, noticias falsas o falseadas que se publican con la intençión deliberada de desinformar, engañar, inducir a error y manipular a las masas. Por lo general, esas noticias se difunden sistemáticamente para proteger intereses egoístas de los más poderosos y así desprestigiar o enaltecer a ciertas instituciones, entidades o personas. El propósito es ocultar las verdades que los manipuladores no quieren que la mayoría conozca, y así obtener ganancias económicas o rédito político que de otro modo no conseguirían.
Salomón escribió: «Hay hombres cuyas palabras inconsideradas son como golpes de espada, mas la lengua de los sabios es medicina» (Prov. 12: 18, RVR77). Las palabras no son el problema, sino quienes las pronunciamos, Ser sabios es saber cuándo decir lo que pensamos y cuándo pensar lo que decimos.
Señor, deseo que mis palabras hagan bien a quienes van dirigidas. Ayúdame a saber hablar y a saber callar cuando convenga.
APRENDIENDO DE SU CARÁCTER
Tomado de: Lecturas Devocionales para Adultos 2025
«CON JESÚS HOY»
Por: Roberto Badenas
Colaboradores: Nilken Ortíz y Silvia García
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