lunes , 28 abril 2025

Descubrir el propósito

Al alejarse de Dios, muchas personas han perdido el sentido de dirección. Un universo sin Dios es un universo sin propósito. El filósofo ateo Quentin Smith dijo una vez: «La creencia más razonable es que venimos de la nada, por la nada y para la nada» (Theism, Atheism, and Big Bang Cosmology [1995], p. 135). De la nada y por la nada son la negación de que hay un Creador en el universo. Por la nada es una afirmación filosófica de que no hay propósito en el universo. Si eso es cierto, la gente tampoco tiene razón para vivir. Podríamos ir sin rumbo por la vida siguiendo el camino de menor resistencia, que es lo que muchos de nosotros hacemos. Pero una existencia sin sentido puede llevar a una persona a la depresión. Esta necesidad innata de tener un propósito es la razón por la que Isaías 58 nos invita a hacer de las personas que nos rodean nuestra misión. Nadie ejemplificó mejor que Jesús el propósito de la existencia. Adoptar la misión de Cristo como propia cambiará la forma en que nuestro cerebro procesa todo.

Jesús presentó su declaración de misión, por así decirlo, mientras conversaba con Zaqueo, un despreciado recaudador de impuestos. Jesús dijo a la multitud que su misión incluía a un marginado como Zaqueo cuando declaró: «Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que se había perdido» (Lucas 19: 10). La misión y el propósito de Jesús guiaron todo lo que hizo. Como estaba centrado en salvar a los perdidos, se alegró de cenar en casa de Zaqueo, por mucho que la multitud se quejara de que Jesús comiera con recaudadores de impuestos.

Jesús intentó restablecer el propósito que impulsaba a sus discípulos. Estaban ocupados compitiendo por la superioridad y persiguiendo los mismos objetivos que la gente del mundo: intentar ver quién podía llegar a lo más alto. Jesús les pidió que abandonaran sus ambiciones egoístas y abrazaran un nuevo propósito muy contrario a la naturaleza humana: «Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud» (Marcos 10: 45). No fue fácil para los discípulos empezar a pensar como Jesús. Podemos juzgar a los discípulos por esto mientras nosotros hacemos lo mismo. Especialmente como adultos jóvenes, nos estresamos por encontrar el mejor trabajo, ganar suficiente dinero, comprar una casa, casarnos, tener hijos, etcétera; en otras palabras, nosotros también perseguimos el éxito sin propósito. Estas metas son buenas, pero muchos de nosotros las perseguimos simplemente por alcanzar el éxito y no como el medio para alcanzar la verdadera meta: encontrar propósito en Cristo.

Jesús sigue llamando a personas que abracen su misión de servir a los que les rodean con amor desinteresado. En lugar de buscar un estatus, deberíamos buscar un campo de misión. Nosotros, la iglesia de hoy, somos sus manos, sus pies y su portavoz ante el mundo. Su misión se cumplirá a través de nosotros si estamos dispuestos.

Medita de nuevo en Isaías 58 y busca dónde está Jesús en el pasaje.

¿Hasta qué punto el propósito de Jesús debe ser nuestro propósito? ¿Hay un límite, una línea?

 

Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2025.
1er trimestre 2025 «RENOVAR LA MENTE»
Lección 12 «SENTIRSE SATISFECHO»
Colaboradores: Felipe Torres y Adriana Jiménez

Matinales relacionados

inTerpreta

El continuo Habían pasado más de trescientos años entre el mandato que...

inTerioriza

La preparación para adorar En el libro 1 Crónicas, capítulo 23, se registran...

inTro

  La cadencia de la vida Lee el texto de esta semana: 1...

inQuiere

inQuiere Comparte con tu clase de Escuela Sabática, o con tu grupo...