«COMO HALCONES AL ACECHO»
«Atrapen las zorras, las zorras pequeñas que arruinan nuestros viñedos, nuestros viñedos en flor»- Cantares 2: 15.
Una tarde vi a mi vecino entrenando a un halcón. El majestuoso animal salía volando y volvía a su brazo, el cual estaba protegido por un guante, para recibir su premio. Movida por la curiosidad, me acerqué y le pregunté para qué hacía tal actividad, a lo que respondió que se dedicaba a la cetrería, que es la práctica que consiste en entrenar a los halcones para cazar a otras aves. En su caso particular, el halcón trabajaba en el aeropuerto. «¿En el aeropuerto?», pregunté, asombrada. «He visto perros trabajando en los aeropuertos, pero nunca halcones», comenté. Entonces me explicó que los halcones usan para espantar de las pistas y sus alrededores a las aves que vuelan cerca, pues el impacto de una de ellas contra un avión en despegue o aterrizaje puede causar graves perjuicios al avión o incluso accidentes.
El 15 de enero de 2009, el vuelo 1549 de US Airways despegó del Aeropuerto La Guardia en Nueva York, con 155 personas a bordo. A menos de dos minutos del despegue, una bandada de aves impactó contra el avión, dañando ambos motores, por lo que el capitán tomó la decisión de hacer un acuatizaje en el río Hudson. Milagrosamente, nadie perdió la vida. Fue ahí donde recordé el texto de hoy, que nos habla de zorras pequeñas que dañan grandes viñedos. Aves pequeñas dañan grandes aviones, así como pequeñas malas actitudes dañan grandes vidas.
Qué fácil es ver los «grandes» errores de los demás, pero si en verdad queremos que nuestro viaje al cielo llegue a buen fin, debemos observar dentro de nosotras y extraer de nuestra vida esas pequeñas actitudes que estorban el viaje. Hay una manera infalible de hacerlo, pero requiere humildad para reconocer en qué estamos fallando, y deseo sincero de cambio. Consiste en contemplar la intachable vida de Jesús a través de su Palabra. El constante estudio de las Escrituras quitará de nosotras cualquier indicio de pecado, por pequeño que sea. Elena G. de White dijo al respecto: «Este libro les enseñará a conservar su integridad de carácter, a ser más veraces, a no practicar el engaño, les enseñará que nunca deben transgredir la ley de Dios con el fin de lograr algo deseado» (Ser semejante aJesús, p. 127).
Querida amiga, hay aves que rondan nuestro puerto; la buena noticia es que la Biblia es nuestra aliada para estar como halcones al acecho. Con ella podremos arribar sin contratiempos a la patria celestial.
Posdata: Feliz sin pequeños pecados.
Lecturas Devocionales para Damas 2025
“MÁS FELIZ EN CRISTO»
Por: Sayli Lucía Guardado Chan
Colaboradores: Milenia de la Rosa y Silvia García
