Volver a la senda

Lee el texto de esta semana: Romanos 12: 1-3

Volver a la senda

El mundo de hoy está sentado de paz, alegría y amor verdadero. Demasiadas personas sufren en silencio el dolor, la soledad, el miedo y la tristeza, sin esperanza ni curación. Cuando las heridas emocionales se profundizan o quedan sin tratamiento, una persona puede caer en un estado de depresión o enfrentarse a otros problemas mentales. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada ocho personas en el planeta vive con un trastorno mental. ¹ Cuando el estado mental de una persona se descontrola, puede resultar en diversas formas de autolesión o suicidio. Cada año, 703.000 personas en todo el mundo pierden la vida por suicidio, que es la cuarta causa de muerte entre los adultos jóvenes de 15 a 29 años. ² Por cada suicidio que se materializa, se producen decenas de intentos más.

Estas estadísticas son especialmente pertinentes para los adultos jóvenes, que se ven desproporcionadamente afectados por los problemas de salud mental. Las encuestas realizadas a casi medio millón de usuarios de Internet de 64 países indican que los adultos jóvenes (de 18 a 24 años) tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades de tener problemas de salud mental que la generación de sus padres. ³ Cuando miramos el mundo, y tal vez incluso nuestras propias vidas, nos damos cuenta de que algo debe cambiar. En algún punto, tomamos el camino equivocado, y es hora de volver a la senda correcta.

Estos datos revelan la intención deliberada del enemigo de las almas de secuestrar la mente humana. Hoy en día, mientras las industrias tratan de controlar la mente por medio de la tecnología moderna y los medios de comunicación —además de la comida rápida y la comida chatarra, lo cual ha sido ya bien documentado—, algo más grande sucede detrás del telón . El libro de Job cuenta que, en una reunión universal con Dios, se le preguntó a Satanás de dónde venía, y su respuesta fue: «He andado recorriendo la tierra de un lado a otro» ( Job 1: 7 ). Tras bastidores, hay un adversario que intenta apoderarse de la mente humana. Sin embargo, necesitamos comprometernos a no conformarnos con el pensamiento y las condiciones de este mundo. Dios anhela fervientemente que nos volvamos a él y le permitamos que nos transforme mediante la renovación de nuestra mente.

Juan no pierde el tiempo y nos ofrece, nada más comenzar su libro, una imagen contundente: Jesús es la Palabra creadora, la Palabra que estaba con Dios en el principio.

Escribe Romanos 12: 1-3 usando la traducción que prefieres. También puedes reescribir el pasaje con tus propias palabras, o hacer un esquema o mapa mental del mismo.