Lee en El Deseado de todas las gentes, de Elena de White, los capítulos “La crisis en Galilea” (pp. 353-364) y “En el atrio exterior” (pp. 589-596).
“Los maestros de Israel eran esclavos del formalismo. Los fariseos y los saduceos estaban en constante contienda. Dejar a Jesús era caer entre los que se aferraban a ritos y ceremonias, y entre hombres ambiciosos que buscaban su propia gloria. Los discípulos habían encontrado más paz y gozo desde que habían aceptado a Cristo que en toda su vida anterior. ¿Cómo podrían volver a aquellos que habían despreciado y perseguido al Amigo de los pecadores? Habían estado buscando durante mucho tiempo al Mesías; ahora había venido, y no podían apartarse de su presencia, para ir a aquellos que buscaban su vida y que los habían perseguido por haberse hecho discípulos de él.
“ ‘¿A quién iremos?’ No podían dejar la enseñanza de Cristo, sus lecciones de amor y misericordia, por las tinieblas de la incredulidad, la iniquidad del mundo. Mientras que abandonaban al Salvador muchos de los que habían presenciado sus obras admirables, Pedro expresó la fe de los discípulos: ‘Tú eres el Cristo’. El mismo pensamiento de perder esta ancla de sus almas los llenaba de temor y dolor. Verse privados de un Salvador era quedar a la deriva en un mar sombrío y tormentoso” (Elena de White, El Deseado de todas las gentes, p. 363).
Preguntas para dialogar:
En clase, hablen sobre la difícil cuestión de por qué algunas personas, cuando se les dan pruebas de que Jesús es el Mesías y de la verdad del cristianismo, las aceptan de buen grado, y por qué otras, cuando se les dan esas mismas pruebas, las rechazan.
¿Qué verdad más importante puede haber que el hecho de que Jesucristo haya muerto por nuestros pecados? Sin embargo, ¿cómo hemos llegado a conocer esta verdad crucial? ¿Por la ciencia, la ley natural, la teología natural, la lógica, la razón? Ciertamente, estas cosas podrían, de hecho, llevarnos a creer en un Dios creador, una primera Causa, un Motor inmóvil, lo que sea. Ninguna de estas disciplinas, ya sea solas o incluso juntas, podrían enseñarnos la verdad más importante que necesitamos saber: Cristo murió por nuestros pecados. ¿Qué debería enseñarnos este hecho (que todas estas disciplinas, incluso en principio, no podrían llevarnos a lo único que realmente necesitamos saber) sobre lo crucial que es hacer de la Biblia nuestra autoridad final y última en cuestiones de fe?
¿Por qué es tan importante para nuestra fe contar lo que Dios ha hecho en y por nosotros?
Lección de Escuela Sabática para Adultos 2024. 4to. Trimestre 2024 «TEMAS EN EL EVANGELIO DE JUAN» Lección 06: «MÁS TESTIMONIOS ACERCA DE JESÚS» Colaboradores: Esmeralda Bermudes y Adriana Jiménez