En Juan 1:1, el apóstol afirma claramente que Jesús es Dios, el Hijo divino. Por consiguiente, en Juan 1:4 (“En él estaba la vida, y esa vida era la luz de los hombres”), la referencia a la vida aquí tiene que ser la vida divina, la auto existencia eterna subyacente. Puesto que él tiene vida en sí mismo, puede entregar su vida y volver a tomarla (Juan 10:17); y por la misma razón, puede dar vida a quien él quiera (Juan 5:21; comparar con Juan 14:19).
El término vida (zoē, en griego) aparece 36 veces en el Evangelio de Juan, aproximadamente el 25 % del total en el Nuevo Testamento. En Juan 1:4 y 5, además de referirse a la Fuente de la vida en nuestro planeta, la palabra también está vinculada a la salvación. A lo largo del resto de Juan, esta idea de vida (zoē) se expresa con mayor frecuencia como vida eterna, la promesa de salvación (ver Juan 3:15, 16, 36; 4:14, 36; 6:27, 40, 47, 54, 68; 10:27, 28). Así, aquel que trajo la vida a la existencia en ocasión de la Creación es el mismo que trae la salvación, la vida eterna, a un mundo perdido.
“ ‘Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna’ ” (Juan 3:14, 15).
Así como la serpiente de bronce tomó el lugar de los israelitas que habían sido mordidos por serpientes, Jesús tomó nuestro lugar; es decir, el de quienes hemos sido golpeados por el pecado. Él asumió el castigo que nos correspondía a fin de que pudiéramos recibir la vida que le pertenece.
Cristo también desea que tengamos vida, y que la tengamos en abundancia (Juan 10:10). Así, pues, “a cuantos lo recibieron les dio el derecho de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre. Estos no nacieron en forma natural, por voluntad humana, ni por el deseo de un hombre, sino que nacieron de Dios” (Juan 1:12, 13).
Cristo vino a revelarnos al Padre. Porque “a Dios nadie lo vio jamás. El Hijo único, que es Dios, que está en el seno del Padre, él lo dio a conocer” (Juan 1:18). Al contemplar el carácter de Jesús, contemplamos el del Padre.
¿Qué podemos aprender acerca del carácter del Padre por medio de la vida de Jesús? ¿Por qué es esta revelación una noticia tan buena?
Lección de Escuela Sabática para Adultos 2024. 4to. Trimestre 2024 «TEMAS EN EL EVANGELIO DE JUAN» Lección 09: «LA FUENTE DE VIDA» Colaboradores: Esmeralda Bermudes y Adriana Jiménez