El primer rey de Israel fracasó debido a que colocó su voluntad por encima de la voluntad de Dios… Saúl rehusó dar el primer lugar a la obediencia a Dios, y a que los principios del cielo rigieran su conducta…
Las personas cuyos hechos son malos no vendrán a la luz para evitar que sus acciones no sean reprobadas y se revele su verdadero carácter. Si continúan en la senda de la transgresión y se apartan entera mente del Redentor, la terquedad, el mal humor y un espíritu de venganza se posesionarán de ellos… Cuando Saúl resistió los reproches del siervo del Señor, ese espíritu se posesionó de él. Desafió al Señor; desafió a su siervo, y su enemistad contra David fue la manifestación externa del espíritu asesino que penetra en el corazón de los que se justifican a sí mismos a pesar de su culpabilidad (Comentarios de Elena G. de White en_Comentario bíblico adventista del séptimo día_, t. 2, pp. 1011, 1012).
El tema favorito de Juan era el amor infinito de Cristo… Entendía el carácter y la obra de Jesús; y cuando vio a sus hermanos judíos recorriendo a tientas su camino sin un rayo del Sol de justicia que iluminara su senda, anheló presentarles a Jesús, la Luz del mundo.
El fiel apóstol vio que su ceguedad, su orgullo, superstición e ignorancia de las Escrituras, estaban atando sus almas con cadenas que nunca serían quebrantadas. El prejuicio y el odio que contra Cristo albergaban obstinadamente estaban trayendo ruina sobre ellos como nación, y destruyendo sus esperanzas de vida eterna. Pero Juan continuaba presentándoles a Cristo como el único camino de salvación. La evidencia de que Jesús de Nazaret era el Mesías resultaba tan clara que Juan manifiesta que ningún hombre necesita andar en las tinieblas del error mientras esa luz le es ofrecida (La edificación del carácter, p. 61).
Cuando Jesús entró en el desierto, fue rodeado por la gloria del Padre. Absorto en la comunión con Dios, se sintió elevado por encima de las debilidades humanas. Pero la gloria se apartó de él, y quedó solo para luchar con la tentación. Esta le apremiaba en todo momento. Su naturaleza humana rehuía el conflicto que le aguardaba. Durante cuarenta días ayunó y oró. Débil y demacrado por el hambre, macilento y agotado por la agonía mental… Entonces vio Satanás su oportunidad. Pensó que podía vencer a Cristo…
Aunque Jesús reconoció a Satanás desde el principio, no se sintió provocado a entrar en controversia con él… se apoyó en el amor de su Padre. No quiso parlamentar con la tentación.
Jesús hizo frente a Satanás con las palabras de la Escritura. “Escrito está”, dijo. En toda tentación, el arma de su lucha era la Palabra de Dios. Satanás exigía de Cristo un milagro como señal de su divinidad. Pero aquello que es mayor que todos los milagros, una firme confianza en un “así dice Jehová”, era una señal que no podía ser controvertida. Mientras Cristo se mantuviese en esa posición, el tentador no podría obtener ventaja alguna (El Deseado de todas las gentes, pp. 92-95).
Notas de Elena G. White para la Escuela Sabática 2024. 4to. Trimestre 2024 «TEMAS EN EL EVANGELIO DE JUAN» Lección 09: «LA FUENTE DE VIDA» Colaboradores: AURA HERRERA y Adriana Jiménez