Lee Juan 6:14, 15 y 26 al 36. ¿Cómo respondió la gente a su milagro y cómo lo utilizó Jesús para enseñarles quién era?
Los judíos esperaban un mesías terrenal que los librara de la opresión del Imperio Romano. Dos de las cosas más difíciles en una guerra son alimentar a las tropas y cuidar de los heridos, además de disponer de los caídos en acción. Los milagros de Jesús hicieron que se lo viera como quien podía resolver eso.
Pero Jesús no había venido para eso, y ese no era el propósito de su milagro. En lugar de ello, el relato de la alimentación de los cinco mil dio la oportunidad de ilustrar que Jesús es el Pan de vida, que Dios mismo descendió del Cielo. Dijo: “Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca tendrá hambre” (Juan 6:35).
Esta es la primera de las siete afirmaciones “Yo soy” del Evangelio de Juan, en las que la declaración “Yo soy” está relacionada con algún predicado: “el pan de vida” (Juan 6:35); “la luz del mundo” (Juan 8:12); “la puerta” (Juan 10:7, 9); “el buen pastor” (Juan 10:11, 14); “la resurrección y la vida” (Juan 11:25); “el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6); “la vid verdadera” (Juan 15:1, 5). Cada una de ellas apunta a una verdad importante acerca de Jesús. Las afirmaciones “Yo soy” se remontan a Éxodo 3, donde Dios se presenta a Moisés como el gran YO SOY (comparar con Juan 8:58). Jesús es ese gran YO SOY. Pero la gente no captó nada de eso.
“Con corazón desconforme, preguntaban por qué, si Jesús podía hacer obras tan admirables como las que habían presenciado, no podía dar a todos los suyos salud, fuerza y riquezas, librarlos de sus opresores y exaltarlos al poder y la honra. El hecho de que aseverara ser el Enviado de Dios, y, sin embargo, se negara a ser el Rey de Israel era un misterio que no podían sondear. Su negativa fue mal interpretada. Muchos concluyeron que no se atrevía a presentar sus derechos porque él mismo dudaba del carácter divino de su misión. Así abrieron su corazón a la incredulidad, y la semilla que Satanás había sembrado llevó fruto según su especie: incomprensión y deserción” (Elena de White, El Deseado de todas las gentes, p. 355).
Buscaban el beneficio material, no la verdad que perdura eternamente. Esta es una trampa que todos enfrentamos potencialmente si no somos cuidadosos.
¿Cómo podemos evitar quedar atrapados en las cosas materiales a expensas de lo espiritual?
Lección de Escuela Sabática para Adultos 2024. 4to. Trimestre 2024 « TEMAS EN EL EVANGELIO DE JUAN » Lección 02: «SEÑALES DE DIVINIDAD» Colaboradores: Esmeralda Bermudes y Adriana Jiménez