«Decía con fuerte voz: “Teman a Dios y denle alabanza, pues ya llegó la hora en que él ha de juzgar. Adoren al que hizo el cielo y la tierra, el mar y los manantiales»» (Apocalipsis 14:7).
IMAGINA QUE ERES ABOGADO Y QUE DEBES DEFENDER A ALGUIEN sabiendo que es culpable de un crimen terrible. Entre el 20 de noviembre de 1945 y el 1 de octubre de 1946 se celebraron en Alemania los Juicios de Núremberg. Este tribunal fue organizado por los países aliados, vencedores de la Segunda Guerra Mundial, para juzgar a 24 altos miembros del gobierno nazi de Hitler. Y, como todo acusado tiene derecho a tener un abogado defensor, se designó a un equipo de abogados alemanes para defender a los nazis. Los abogados defensores no eran nazis, y habían sufrido los horrores de la guerra, la destrucción del país y la tristeza que les rodeaba. Conocían la culpabilidad de los acusados, pero también sabían que merecían un juicio justo.
El versículo de hoy lleva el primero de tres mensajes importantísimos para el mundo. Dice que ha llegado la hora del juicio de Dios. En ese juicio, todos somos culpables, pues todos somos pecadores. Pero no estamos solos en el juicio. Dios ha reservado para nosotros el mejor Abogado defensordel universo. Un Abogado que sabe lo que es vivir en este mundo de pecado, que fue tentado en todo como nosotros, y que sufrió la condena en nuestro lugar. Ese Abogado es Jesús.
Según la profecía de Daniel 8:14, el juicio investigador ya ha comenzado y Cristo está intercediendo por nosotros ante Dios. Pero ¿saben tus amigos y familiares que el juicio está llevándose a cabo ahora? ¿Será que todas las personas a las que conoces saben que, aunque son culpables, tienen un Abogado defensor y que su condena ya fue pagada en la cruz?
Dios espera que tú seas el mensajero de esta noticia. ¿Cómo piensas cumplir con esa tarea hoy?