<<Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido>>.
Lucas 19: 10
<<El principal de los publicanos>> (Luc.19: 2), Zaqueo, era judío, pero detestado por sus compatriotas. Su posición y fortuna eran el premio de una profesión que ellos aborrecían y a la cual consideraban como sinónimo de injusticia y extorsión. Sin embargo, el acaudalado funcionario de aduana no era del todo el endurecido hombre de mundo que parecía ser. Bajo su apariencia de mundanalidad y orgullo, había un corazón susceptible a las influencias divinas. Zaqueo había oído hablar de Jesús. […] En este jefe de los publicanos se había despertado un anhelo de vivir una vida mejor. […] Sintió que era pecador a la vista de Dios. Sin embargo, lo que había oído tocante a Jesús encendía la esperanza en su corazón. El arrepentimiento, la reforma de la vida, eran posibles aun para el( …]. Zaqueo comenzó inmediatamente a seguir la convicción que se había apoderado de él y a hacer restitución a quienes había perjudicado.
Ya había empezado a volver así sabre sus pasos, cuando se supo en Jericó que Jesús estaba entrando en la ciudad. Zaqueo resolvió verlo. […] En presencia de la multitud, <<Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: «Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguien, se lo devuelvo cuadruplicado». Jesús le dijo: «Hoy ha venido la salvación a esta casa» […]>> (vers. 8, 9).- El Deseado de todas las gentes, cap. 61, pp. 520, 521.
Hay quienes han tenido muy pocas oportunidades, y han transitado por las caminos del error porque no conocían nada mejor, a estos les llegarán los rayos de la luz.
Como Cristo le dijo a Zaqueo: <<Hoy es necesario que me hospede en tu casa>> (Luc. 19: 5), así también les dirá a ellos; y se descubrirá que a quienes se tildaba de pecadores endurecidos tienen un corazón tan tierno coma el de un niño porque Cristo se ha dignado en tenerlos en cuenta. Muchos se volverán de los más groseros errores y pecados, y tomaran el lugar de otros que han tenido oportunidades y privilegios pero que no los han apreciado. Serán considerados coma elegidos de Dios, escogidos y valiosos; y cuando Cristo venga en su reino, estarán junta a su trono. – Palabras de vida del gran Maestro, cap. 18, p. 191.