La siguiente señal que relata Juan tuvo lugar en el estanque de Betesda (Juan 5:1-9). Se creía que un ángel agitaba el agua y que el primer enfermo que entraba en ella quedaba curado. En consecuencia, los pórticos del estanque estaban abarrotados de personas que esperaban ser curadas en la siguiente ocasión. Jesús fue a Jerusalén y, al pasar junto a la piscina, vio a la multitud que esperaba.
¡Qué espectáculo! Toda esa gente, algunos seguramente muy enfermos, esperaban y esperaban una curación, que seguramente no ocurriría. ¡Qué oportunidad para Jesús!
Lee Juan 5:1 al 9. Puesto que todos los que estaban junto a la piscina querían sin duda recuperar la salud, ¿por qué preguntó Jesús al paralítico si quería ser curado (Juan 5:6)?
Cuando alguien ha estado enfermo durante mucho tiempo, la enfermedad se convierte en la norma, y por extraño que parezca, a veces puede resultar un poco inquietante dejar atrás la discapacidad. El hombre da a entender en su respuesta que quiere curarse. El problema es que está buscándola en el lugar equivocado, mientras Aquel que hizo las piernas del hombre está de pie justo delante de él. El hombre no sabía quién le estaba hablando; aunque después de la curación comenzó sin duda a comprender que Jesús era, de hecho, Alguien muy especial.
“Jesús no pide a este enfermo que ejerza fe en él. Dice simplemente: ‘Levántate, toma tu lecho, y anda’. Pero la fe del hombre se aferra a esa palabra. En cada nervio y músculo pulsa una nueva vida, y se transmite a sus miembros inválidos una actividad sana. Sin la menor duda, dedica su voluntad a obedecer a la orden de Cristo, y todos sus músculos le responden. De un salto se pone de pie, y encuentra que es un hombre activo. Jesús no le había dado seguridad alguna de ayuda divina. El hombre podría haberse detenido a dudar, y haber perdido su única oportunidad de sanar. Pero creyó la palabra de Cristo, y al obrar de acuerdo con ella recibió fuerza” (Elena de White, El Deseado de todas las gentes, p. 172).
Más tarde, Jesús se encontró con el hombre en el Templo y le dijo: “Mira que has sido sanado. No peques más, para que no te venga algo peor” (Juan 5:14). ¿Cuál es la relación entre la enfermedad y el pecado? ¿Por qué debemos entender que no todas las enfermedades son el resultado directo de pecados específicos?
Lección de Escuela Sabática para Adultos 2024. 4to. Trimestre 2024 «EL LIBRO DE MARCOS» Lección 01: «TEMAS EN EL EVANGELIO DE JUAN» Colaboradores: Esmeralda Bermudes y Adriana Jiménez