Así son ustedes: por fuera aparentan ser gente honrada, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad. Mateo 23: 28
Mezcla cuatro cucharadas soperas de agua en un vaso de vidrio de 400 ml lleno de acetato de sodio trihidratado. A continuación, coloca el vaso en baño maría hasta que el acetato se haya disuelto y la mezcla sea homogénea y transparente.
Retira con cuidado el vaso y déjalo enfriar, e inmediatamente cubre la boca del vaso para que no le caiga nada a la mezcla. Cuando se haya enfriado, vierte una pizca de acetato de sodio y ¡Ah! Comprueba lo que ocurre. El acetato precipitará rápidamente, como si fuera hielo. Pero no te equivoques, el acetato se llama hielo caliente porque, al cristalizar, la mezcla se calienta instantáneamente.
Haz el experimento en compañía de un adulto, en un lugar ventilado y con mascarilla y guantes. ¡Ah! También desecha todo el contenido en cuanto termines, ¿ok?
DEL EXPERIMENTO DE HOY PODEMOS EXTRAER DOS LECCIONES importantes:
1) ¡No todo es lo que parece! El acetato cristalizado parece hielo, pero en realidad es caliente. Así, muchas personas aparentan ser algo que no son.
2) Después de enfriarse, la mezcla que parecía ser solo agua reveló los cristales de su interior. Esta es la segunda lección importante: rara vez los pensamientos y sentimientos encubiertos se mantienen ocultos para siempre. Tarde o temprano, las personas que intentan disimular sus sentimientos los traducirán en palabras o acciones.
ESTA ES LA ALERTA DE HOY: No sirve de nada aparentar que somos justos y bondadosos, cuando en realidad mantenemos un corazón lleno de maldad y falsedad.
Decide ser sincero y vivir con transparencia. Pide a Dios que transforme tu corazón, y no sigas fingiendo ser lo que no eres.
Mientras meditas cada mañana en la Palabra de Dios, úsala como espejo para ver lo que necesitas cambiar y así poder tener una vida plena con Cristo.