«Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo» (Mata 16:24).
«La mentira mayor es el ego». Alejandro Jodorowsky
¿Recuerdas la canción «We Are the World» que recorrió el mundo en 1985 para recaudar fondos para las víctimas del hambre en Etiopía? Yo la recuerdo corno si fuera ayer (bueno, anteayer). Recuerdo lo mucho que me gustó la letra de esa canción. En el video aparecían muchos cantantes: Stevie Wonder, Bruce Springsteen, Diana Poss, Pay Charles, Billy Joel, Cindy Lauper, Lionel Pichie, Michael Jackson.. superestrellas de la época. Quincy Jones, el productor y compositor (otra superestrella, por cierto), hizo dos cosas muy peculiares durante la grabación del tema. La primera es que puso en la puerta del estudio un cartel que decía: <<Dejen sus egos afuera». La segunda: pidió que no se cerrara la puerta, «para permitir que Dios entrara en la sala».*
El ego humano… Ese monstruo que todos llevamos dentro, luchando por destacar y recibir atención. Por cierto, ¿Cómo anda el tuyo? ¿Lo has dejado fuera o está bien acomodado en ti, controlando lo que haces y dices? ¿Cómo saberlo? Fácil. Responde estas preguntas: ¿Te sientes incómoda cuando no te dan la razón? ¿Reaccionas a la menor provocación, en lugar de mantener la calma? ¿Te tomas lo que te dicen como algo personal? ¿Eres incapaz de perdonar una ofensa? ¿Te quejas de un montón de cosas en lugar de dar pasos concretos para resolverlas? ¿Estás frecuentemente a la defensiva? ¿Te molestas cuando alguien no te cree? ¿No toleras que te critiquen? ¿Temes hacer el ridículo o no estar a la altura? ¿Te sientes herida cuando no mencionan tu nombre g sí el de otras personas en relación con algún logro? Si has respondido «sí» a la mayoría de estas preguntas, tienes un ego demasiado frágil, por eso estará constantemente buscando protagonismo, para sentirse fuerte. Darse cuenta de ello es el primer paso para saber cómo lidiar con él.
¿Y el segundo paso? Volver a darse cuenta. Y cada vez que lo veas emerger, volver a darte cuenta de que es él quien actúa, y escuchar la voz de tu conciencia que te dice: «No reacciones, no te ofendas, pide ayuda a Dios». Claro, esa voz llega si has dejado la puerta abierta para que el Espíritu Santo entre y te ayude a poner al yo en su debido lugar
¿Qué te parece si, en el día de hoy, lo primero que hacemos es tener un lema que diga «Dejo el ego afuera»; y, lo segundo, abrir la puerta a la presencia de Dios?