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Aunque me mate, me mantendré firme
Si tuviéramos que soportar lo que le tocó vivir a Job, muchos de nosotros probablemente acataríamos el consejo de su esposa: «¡Maldice a Dios y muérete!» (Job 2: 9). Soportar pruebas de tal magnitud no es fácil, en el mejor de los casos. Sí, podemos hallar consuelo en el hecho de que todo esto es temporal, que el gran conflicto es real y que al final todo mejorará, pero esto no alivia el dolor cuando estamos en medio de él.
Tras la primera oleada de ataques de Satanás, Job dijo: «El Señor me lo dio todo, y el Señor me lo quitó; ¡bendito sea el nombre del Señor!» (Job 1: 21). Tras la segunda oleada, su respuesta fue: «Si aceptamos los bienes que Dios nos envía, ¿por qué no vamos a aceptar también los males?» (Job 2: 10). En otras palabras: «Confío en Dios; él sabe lo que hace y tiene derecho a hacerlo».
A lo largo de la discusión con sus amigos, Job intentó darle sentido a todo lo que está viviendo. A veces incluso cuestionó a Dios, pero su confianza en Dios se mantuvo firme, sabiendo que Jesús era su Salvador: «Yo sé que mi Redentor vive» (Job 19: 25, NVI).
Una de las declaraciones de fe más poderosas de Job se encuentra en Job 13: 15: «Aunque él me mate, me mantendré firme». La fe expresada aquí puede parecer insensata desde la perspectiva humana, pero sus implicaciones son poderosas. Este profundo nivel de confianza refleja la fe de Jesús y asesta un duro golpe a las pretensiones de Satanás. En la cruz, Cristo sintió que el Padre lo había abandonado mientras cargaba con los pecados del mundo. No podía ver la esperanza de la resurrección, pero permaneció allí suspendido, confiando en la fidelidad del Padre, a pesar de que no podía verla ni sentirla.
Aunque parecía que Dios le estaba lanzando una lluvia de maldiciones, Job sabía por sus años de caminar con el Señor que él es bueno y digno de confianza en todo momento, incluso en los momentos en que no lo parece. Además, aunque Dios no respondió a las preguntas de Job más que señalando que hay asuntos demasiado grandes para que los humanos los comprendan, la implacable confianza de Job en Dios volvió a manifestarse al decir: «Me arrepiento en polvo y ceniza» (Job 42: 6, RV95) y se sometió al Señor basándose en la confianza, no en la razón.
La clave para resistir en tiempos de dolor es conocer a Jesús en tiempos de bienestar. Sí, el valle de sombra de muerte puede bloquear temporalmente nuestra capacidad de sentir su presencia, pero podemos estar seguros de que él siempre estará con nosotros. Como Job, podremos decir: «Cuando me ponga a prueba, saldré tan puro como el oro» (Job 23: 10, NTV).
Medita de nuevo en Job 1, 2 e identifica dónde está Jesús en el texto.
- ¿Conoces bien a Jesús?
- ¿Lo conoces más que nada de forma teórica, o lo conoces gracias a las experiencias que has tenido con él?
- ¿Te ayuda este pasaje a ver a Jesús de una manera diferente o a redescubrirlo?
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