Notas de Ellen G. White 2024 Para el: 05 mayo
Cuando Cristo deseó revelar a sus discípulos la verdad de su resurrección, comenzó “desde Moisés, y de todos los profetas”, y “declarábales en todas las Escrituras lo que de él decían”.1 Pero es la luz que brilla en el nuevo desarrollo de la verdad la que glorifica lo viejo. Aquel que rechaza o descuida lo nuevo no posee realmente lo viejo. Para él la verdad pierde su poder vital y llega a ser solamente una forma muerta…
Muchos… ponen a un lado las escrituras del Antiguo Testamento, de las cuales Cristo declaró: “Ellas son las que dan testimonio de mí”. Juan 5:39. Al rechazar el Antiguo Testamento, prácticamente rechazan el Nuevo; pues ambos son partes de un todo inseparable. Ningún hombre puede presentar correctamente la ley de Dios sin el evangelio, ni el evangelio sin la ley. La ley es el evangelio sintetizado, y el evangelio es la ley desarrollada. La ley es la raíz, el evangelio su fragante flor y fruto.
El Antiguo Testamento arroja luz sobre el Nuevo, y el Nuevo sobre el Viejo. Cada uno de ellos es una revelación de la gloria de Dios en Cristo. Ambos presentan verdades que revelarán continuamente nuevas profundidades de significado para el estudiante fervoroso (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 98, 99).
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna”. Toda posición en favor de la verdad tomada por nuestros hermanos tendrá que soportar la crítica de los más grandes intelectos; los más encumbrados de los grandes hombres del mundo serán puestos en relación con la verdad, y por lo tanto toda posición que tomemos debiera ser examinada críticamente y probada con las Escrituras. Ahora parece que pasáramos inadvertidos, pero no será siempre así. Están obrando movimientos que nos pondrán sobre el tapete, y si nuestras teorías de la verdad pueden ser desmenuzadas por los historiadores o los más grandes hombres del mundo, eso será hecho.
Cada uno debe saber individualmente qué es la verdad, y estar preparado para dar razón de la esperanza que tiene, con mansedumbre y reverencia, no con orgullo, jactancia o suficiencia propia, sino con el Espíritu de Cristo. Nos acercamos al tiempo cuando nos encontraremos solos para responder de nuestras creencias. Los errores religiosos se están multiplicando y entrelazándose con el poder satánico que rodea a la gente. Apenas hay una doctrina de la Biblia que no haya sido negada (El evangelismo, p. 55).
El Espíritu de Dios está junto a cada verdadero escudriñador de la Palabra de Dios, capacitándolo para descubrir las gemas escondidas de verdad. La iluminación divina acude a su mente, estampando la verdad en él con renovada y fresca importancia. Rebosa de un gozo nunca antes experimentado. La paz de Dios descansa sobre él. Comprende la hermosura de la verdad como nunca antes. Una luz celestial resplandece sobre la Palabra, haciéndola aparecer como si cada letra estuviera matizada con oro. Dios mismo habla al corazón, haciendo de su Palabra espíritu y vida (Reflejemos a Jesús, 24 de abril, p. 120).
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Notas de Elena G. White para la Escuela Sabática 2024.
2do. Trimestre 2024 «EL GRAN CONFLICTO»
Lección 06: «LOS DOS TESTIGOS»
Colaboradores: Jeser Alejandro Tique y Esther Jiménez
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