viernes , 23 mayo 2025
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Lección de Primarios 2024

SIMÓN CARGA LA CRUZ DE JESÚS

Versículo para memorizar:
“Ayúdense entre sí a soportar las cargas, y de esta manera cumplirán la ley de Cristo” (Gálatas 6:2).

Mensaje:
Podemos ayudar a los demás a llevar sus cargas.

Referencias:

Mateo 27:27-32; Marcos 15: 21, 22; Lucas 23:26, 27; El Deseado de todas las gentes, cap. 78, pp. 703-704.

 

Te ha ayudado alguien alguna vez a cargar algo muy pesado?  ¿Has ayudado a alguien a levantar algo que era muy pesado para él o ella? Simón ayudó a Jesús a cargar algo que era muy pesado para él.

Jesús  había soportado la peor noche que  te puedas imaginar. Después de la cena de Pascua, había ido con  sus discípulos al huerto de Getsemaní. Allí lo arrestaron. Durante la noche le hicieron

un juicio. Tanto el sumo sacerdote como Pilato, Herodes y los dirigentes judíos,  lo interrogaron rudamente. Lo escupieron, lo abofetearon, se burlaron de él y lo insultaron. Luego lo sentenciaron a muerte. Dos veces  lo azotaron hasta que  le sangró la espalda.

Era de mañana. Los prisioneros tenían que cargar su propia cruz hasta el lugar  de la ejecución. Por lo tanto, cuando llevaron a Jesús  para crucificarlo,  pusieron la cruz sobre su espalda herida. Entonces se encontró con  Simón.

Cómo me gustaría que dejaran de empujarme,  tal vez pensó Simón  de Cirene.  Jerusalén estaba llena de gente. Simón  nunca había visto  tanta gente.

Me pregunto a dónde  va tanta gente y qué es lo que están mirando,  pensó Simón.

Simón  venía de la región de Cirene,  en  el norte de África. La Biblia no  nos  dice qué  estaba haciendo en  Jerusalén. Tal vez era  un judío  que  había ahorrado dinero toda su vida  para ir tan  solo  una vez a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. O tal vez estaba en  la ciudad haciendo algún negocio y se quedó atrapado entre la multitud.

Simón  miró  hacia donde todos parecían dirigir su mirada. Entonces vio algo  terrible:  Un hombre rodeado por  cuatro soldados romanos. El hombre tenía una corona de espinas sobre la cabeza. La espalda le sangraba. Parecía que  iba a desmayarse. Llevaba una pesada cruz. Eso significaba que  lo iban  a crucificar. Debe de haber  hecho algo terrible, pensó Simón. Solamente crucifican a los peores criminales.

Simón  observó y escuchó atentamente.  De pronto, el hombre cayó  al suelo.  La cruz debe  de ser muy pesada, pensó seguramente mientras observaba. Lo azotaron demasiado y perdió mucha sangre. Pobre hombre. Parece un moribundo.

Este prisionero es diferente a otros criminales, se dijo probablemente Simón.  La mayoría  de los criminales que conozco maldicen, gritan y pelean.  Pero este hombre no hace  nada. No dice nada. Se ve que es un buen hombre.

Mientras Simón  observaba, los soldados hablaban entre ellos. El hombre ni siquiera intentó levantararse. Justamente entonces un soldado miró a su alrededor y atravesó la multitud en  dirección a Simón.  Tocó  a Simón  con  la parte plana de su espada y le dijo: —Ven conmigo. Tú puedes llevar  la cruz de Jesús.

¡Jesús! ¡Entonces es Jesús!, pensó Simón.  Simón  no se atrevió a desobedecer. Todo  soldado romano tenía derecho a hacer trabajar a cualquiera. Lo único  que  un soldado tenía que  hacer era  pegarle a un hombre en  el hombro con  la parte plana de su espada. La persona entonces tenía que  hacer lo que el soldado le pidiera.

Simón  levantó la cruz y comenzó a caminar. Un soldado levantó a Jesús  nuevamente. Seguramente Jesús  miró  a Simón  con  bondad y gratitud.

La cruz era  muy  pesada, pero no  tan  pesada para Simón.  Sin embargo, se preguntaba cómo un hombre tan  herido y azotado había podido cargarla hasta allí. Y por qué no escogen el camino  más corto cuando  llevan a crucificar a un hombre, pensó Simón. Quieren lastimarlo y avergonzarlo tanto como sea posible.

Simón  continuaba observando a Jesús.  La multitud le gritaba. Los soldados lo trataban rudamente. Pero  Jesús  no  se enojaba. Y a Simón  le parecía como si Jesús siguiera llevando una carga muy pesada, aun cuando ya no cargaba la cruz.

Estoy contento de poder ayudarlo, tal vez pensó Simón.  No puedo impedir lo que va a pasarle, pero al menos  puedo

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Lección de Escuela Sabática para Primarios 2do. Trimestre 2024
Lección: # 02 «SIMÓN CARGA LA CRUZ DE JESÚS»
Colaboradores: Dora Lynnet y Esther Jiménez

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