Era un ser de poder y gloria admirables el que se había levantado contra Dios… Lucifer había sido el querubín cubridor. Había estado en la luz de la presencia de Dios. Había sido el mas alto de todos los seres creados y el primero en revelar los propósitos de Dios al universo. Después que hubo pecado, su poder seductor era tanto mas engañoso y resultaba tanto mas difícil desenmascarar su carácter cuanto mas exaltada había sido la posición que ocupara cerca del Padre {El Deseado de todas las gentes, p. 706).
Cuando nuestros primeros padres fueron colocados en el bello jardín del Edén, fueron probados en su lealtad a Dios. Estaban en libertad de elegir servir a Dios, o por la desobediencia aliarse con el enemigo de Dios y del hombre. Si hacían caso omiso de los mandates de Dios y escuchaban la voz de Satanás, que hablaba a través de la serpiente, no solo perderían su derecho al Edén, sino a la vida misma…
Con cuan intense interés observo todo el universo el conflicto que había de decidir la posición de Adán y Eva. Cuan atentamente escucharon los ángeles las palabras de Satanás ¡Cuan ansiosamente esperaron para ver si la santa pareja seria engañada por el tentador y se rendiría a sus artificios!…
Adán y Eva se persuadieron de que un asunto tan pequeño como comer del fruto del árbol prohibido no podría resultar en una consecuencia tan terrible como Dios había declarado. Pero ese asunto pequeño era el pecado, la transgresión de la inmutable y santa ley de Dios, y abría las compuertas de la muerte y de indecibles penalidades para nuestro mundo… No estimemos al pecado como algo trivial (That 1 May Know
Him, p. 14; parcialmente en A fin de conocerle, 8 de enero, p. 16).
Vivimos en el tiempo del fin, y Satanás esta trabajando con poder y maestría mediante tentaciones sutiles a fin de vencer a los que creen
en Jesús. Pero debemos ser guardados «por el poder de Dios»; por lo tanto, en la tentación de gloria a Dios, que es capaz de guardar al alma
creyente para que no sea vencida por el astuto enemigo…
El sagaz engañador ha demostrado ser acusador, mentiroso, atormentador y asesino; pero no importa que cosa induzca a otros a decir de Ud., el Señor puede decirle como dijo a Pedro: «Apártate de mi, Satanás». Puede decirle: «No debes colocarte entre mi y el alma por la cual morí como rescate». Esta en usted… el resistir a Satanás con sus tentaciones y aferrarse de Cristo. Manténgase cerca de Jesús, coloque su mano en la suya, y el sostendrá firmemente su mano. Nunca abandonara al alma que confía en el {Alza tus ojos, 28 de enero, p. 40)
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Notas de Elena G. White para la Escuela Sabática 2024.
2do. Trimestre 2024 «EL GRAN CONFLICTO»
Lección 01: «LA GUERRA DETRÁS DE TODAS LAS GUERRAS»
Colaboradores: Jeser Alejandro Tique y Esther Jiménez