«Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como fuisteis también llamados en uno mismo esperanza de vuestra vocación.» Efe. 4:4
Hay momentos en los que un himno une de tal manera a una iglesia que te sientes verdaderamente como un único organismo en el Espíritu. Recuerdo mí graduación en Teología. Al final de la ceremonia se cantó «Una esperanza», de Wayne Hooper, y realmente me emocioné porque todo lo que había estudiado y aprendido tenía por objeto transmitir ese concepto. Recuerdo el mismo himno cantado en multitud de lenguas en un congreso en San Antonio, en Texas. Miles de voces se aunaban para proclamar lo que verdaderamente les unía: la esperanza en la venida de Cristo. Fueron unos minutos de anticipo, de visualización de lo que experimentaremos en breve. Me sentí así en mi última graduación en la Universidad Adventista del Plata cuando estudiantes y profesores lo entonaban con certeza. Habían pasado más de treinta años desde aquella primera vez y me volvió a parecer inspirador. Hay quien ha dicho que es el himno que mejor define el adventismo. Solo sé que a mí me emociona como pocos y que fortalece mi cosmovisión. Supongo que a ti también. Por eso, te propongo que nuestra reflexión hoy sea acompañada de música. Canta conmigo y medita cada palabra:
Una esperanzo arde en nuestro ser; Cristo nos une, él es nuestro Rey;
lo del retorno del Señor. Cristo nos une en su amor.
Esta es lo fe que solo Cristo da, Amor por los que en este mundo están
fe en lo promesa del Señor. y necesitan a Jesús.
Muy cercano el tiempo está Pronto el cielo se abrirá
cuando la humanidad y Jesús descenderá,
jubiloso cantará: todo el mundo cantará:
¡Aleluya! ¡Cristo es Rey! ¡Aleluya! ¡Cristo es Rey!
Una esperanzo arde en nuestro ser; Uno esperanza y una misma fe
la del retorno del Señor. nos une a todos en su amor.
Estamos más cerca de este momento que nunca antes y precisamos que esas sensaciones de ser un solo cuerpo y un solo Espíritu sean cada vez más frecuentes. Necesitamos comprender que nuestra fe es demasiado preciosa como para ocultarla entre disputas y diferencias. Necesitamos interiorizar que, sin perder nuestras identidades, somos uno en Cristo. Uno en confianza. Uno en cariño. Uno en fidelidad. Porque Cristo nos da la fe, nos da el amor y nos recuerda que siempre cumple sus promesas.
Ahora que hemos descubierto lo que nos une, ¿haremos algo más aparte de cantar?
Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2023 «CARÁCTER» SER COMO JESÚS Y DISFRUTAR DE LA ETERNIDAD Por: «Víctor Manuel Armenteros Cruz» Colaboradores: Isaí Cedano & Esther Jiménez A