«Les dijo: «Vayan también ustedes a trabajar a mi viñedo, y les daré lo que sea justo». Y ellos fueron». Mateo 20: 4, DHH
HAY QUIENES entran al campo de la cosecha y llevan a cabo su obra sin esperar su paga en este mundo. En el mundo venidero serán recompensados abundantemente. Hay hombres y mujeres que han dejado que sus talentos se oxiden por la inacción, […] que podrían realizar una obra excelente y crecer en gracia y capacidad para trabajar, al aceptar el trabajo en el lugar donde están. Pueden seleccionar individuos —su prójimo— y darles una obra personal […]
El Señor investigará el empleo de los talentos que nos confió. Él pagó el precio de su propia sangre, de su abnegación, sacrificio y sufrimientos para obtener el servicio voluntario de toda persona como colaboradora con Dios. Si tan solo todos sintieran su responsabilidad delante de Dios y utilizaran los talentos que les ha confiado, ¡cuántas ganancias se presentarían ante Dios mediante Cristo! El talento único aumentará con el uso. Los dones considerados más humildes y el servicio de menor significación pueden alcanzar las mentes e influir en los corazones que están fuera del alcance de aquellos que tienen dones mayores.
Ahora es el momento más favorable para trabajar. Las visitas personales son de gran valor. La verdad, por amor a Cristo y a los seres humanos, se debe llevar a cada familia, se debe presentar en cada hogar al que se tenga acceso. […] Recordemos que el Espíritu Santo es el obrero. El instrumento humano que trabaja para Dios no está solo. […]
Trabajemos con perseverancia, ternura, compasión, amor y con oración, lo cual logrará más que los sermones. Al entregar su vida para salvar al mundo de la maldición del pecado, el Señor Jesús vislumbraba mayores cosas que las que nuestros ojos han presenciado. El Espíritu Santo espera canales mediante los cuales poder trabajar. […] Satanás no triunfará siempre. El Espíritu de Dios se derramará sobre la iglesia tan pronto como los vasos estén preparados para recibirlo.— Carta 171, 1897.