«El jefe le dijo: «Muy bien, eres un empleado bueno y fiel; ya que fuiste fiel en lo poco, te pondré a cargo de mucho más. Entra y alégrate conmigo»». Mateo 25:23, DHH
CRISTO DIJO: «El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel» (Luc. 16: 10). Hay quienes creen que no es necesario ser tan estrictos en las cosas pequeñas, pero esto constituye un engaño de Satanás.
El egoísmo es la raíz de toda deslealtad e infidelidad.[…] Muchos jóvenes que profesan creer la verdad manifiestan vanidad, orgullo, libertinaje y descuido, que los están haciendo imprudentes y los descalifican para una vida noble y elevada aquí, y para la vida futura. […] No todos aprovechan cuidadosamente el tiempo por el que se les paga. Los que desperdician su tiempo o fallan en darle el mejor empleo están robando a Dios. Algunos […] tienen una opinión muy favorable de los que son descuidados con el tiempo y el dinero, pero Dios considera estas cosas en su verdadero carácter: como fraudes que exigirá satisfacer.
Hay que emplear el tiempo, los talentos y las habilidades, y hacerlos producir lo más posible. […] Que cada uno sea fiel a los principios, como si el ojo del Infinito lo observara. Jóvenes y señoritas, ustedes pueden alcanzar su propósito por medio de la gracia de Dios, así como de su esfuerzo y determinación a resistir su tendencia a complacer sus instintos. […]
Cristo le dio al ser humano el ejemplo perfecto, pero los que se guían por lo que llaman un plan liberal, y son descuidados en las cosas pequeñas, pronto manifestarán una amplia desviación del ejemplo de Cristo, el único Modelo verdadero. Jóvenes y señoritas, ¿estudiarán más detenida y minuciosamente la vida de Cristo con oración, y la convertirán en su norma?— Manuscrito 6, 1878.
La religión práctica se debe llevar a los deberes comunes de la vida diaria. Y en el cumplimiento de esos deberes, estaremos edificando un carácter que soportará la prueba del juicio. Entonces, en cualquier posición que se nos coloque, cualesquiera que sean nuestros deberes, llevémoslos a cabo noble y fielmente, conscientes de que todo el cielo observa nuestra obra.— The Youth’s Instructor, 28 de enero de 1897.