Hoy en día, los adventistas suelen decir que viven un promedio de entre seis y ocho años más que la población general y que tienen uno de los índices más bajos de enfermedades relacionadas con el estilo de vida, como enfermedades cardiovasculares y diabetes. Un ejemplo comúnmente citado en este sentido es Loma Linda, una ciudad de California, Estados Unidos, donde un alto porcentaje de la población se identifica como adventista. La revista National Geographic y otras publicaciones ampliamente reconocidas han informado sobre extensas investigaciones que identifican Loma Linda como una «zona azul», es decir, una región del mundo que tiene un número superior al habitual de personas que viven por encima del promedio de setenta u ochenta años.
La alimentación y el estilo de vida saludables no eran la máxima prioridad para la mayoría de los primeros adventistas guardadores del sábado, ya que estaban ocupados en establecer la iglesia como organización oficial, estudiar las profecías de Daniel y Apocalipsis y proclamar la inminencia del regreso de Jesús. Hubo, sin embargo, unos cuantos dentro del movimiento que parecieron darse cuenta de la importancia de la vida con perspectiva holística. Quizás el más destacado de ellos haya sido José Bates, que dejó completamente el alcohol en 1821, y en 1827 ayudó a organizar una de las primeras sociedades de temperancia de Estados Unidos. También dejó la carne, la mantequilla, el queso, la grasa, las tartas y los pasteles opulentos, en favor de una alimentación mucho más basada en frutas, verduras y hortalizas. Sus elecciones alimentarias estaban muy adelantadas a su tiempo.
Las prácticas médicas habituales en aquella época eran poco más que conjeturas. Los tratamientos se descubrían a menudo por simple ensayo y error. Por lo general, la gente desconocía la causa de la mayoría de las enfermedades o cómo se propagaban, y muchos eran sometidos a métodos que hoy reconocemos que causaban mucho daño. Como Dios había hecho con otras prácticas, guio fielmente a su iglesia hacia una visión más amplia y completa de cómo debemos tratar nuestro cuerpo, y nos ayudó a entender por qué.
Esta semana exploraremos cómo el mandato de Romanos, «que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva» (12: 1), se relaciona con una vida sana tanto desde el punto de vista físico como mental.
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2023. 4to. trimestre 2023 LA HERENCIA ADVENTISTA Lección 8 «EL MENSAJE DE SALUD» Colaboradores: Pr. Brayan R Cedillo & Magda Sanchez