En los inicios del adventismo, los líderes solían financiar sus viajes y predicaciones con cualquier trabajo que encontraran. En los primeros años de su matrimonio, Jaime y Elena White pasaron apuros económicos, ya que sacrificaron casi todas sus posesiones para sufragar la impresión de libros y publicaciones periódicas. A menudo Jaime instalaba vías de ferrocarril o desbrozaba hierba a mano, a fin de ganar unos cuantos dólares con los que vivir y comprar suministros para la imprenta. Su alimentación era muy limitada, porque no podían permitirse comprar papas ni manteca. Los frijoles eran un alimento básico en su casa; para desaliento de Urías Smith, uno de los más de doce voluntarios que vivían con los White en Rochester, Nueva York, en 1852. A los veinte años, Urías Smith sacrificó un trabajo muy lucrativo para unirse al equipo no remunerado que ayudaba a Jaime White a publicar las ediciones quincenales de la Advent Review and Sabbath Herald. Eran tiempos difíciles para los pioneros, que estaban dispuestos a trabajar sin paga porque, por encima de todo, lo que más valoraban era el mensaje que publicaban.
A mediados de la década de 1850, J. N. Andrews y J. N. Loughborough se mudaron con sus familias a Waukon, Iowa, para comenzar a difundir el evangelio entre la nueva comunidad agrícola. Poco después de llegar, ambos dejaron de trabajar en el ministerio a tiempo completo y recurrieron al trabajo manual para mantener a sus familias. Estos dos predicadores se sobresaltaron cuando en lo más frío del invierno Jaime y Elena White llegaron inesperadamente al pueblo. Tras reencontrarse con los White y hacer un profundo examen de conciencia, ambos volvieron a predicar. El ministerio suponía una vida muy difícil, ya que no contaba con un sistema de apoyo económico.
No fue hasta 1859 que la Iglesia adoptó oficialmente la «dadivosidad sistemática», un sistema que animaba a las personas a ofrendar cada semana. No era necesariamente una décima parte de sus ingresos como estamos acostumbrados hoy en día; pues no se usó el diezmo para apoyar a los ministros hasta 1878. Al ponerse en práctica el sistema del diezmo, la Iglesia creció rápidamente en Estados Unidos y se extendió a otros continentes. Dios bendijo el modelo bíblico de dar sistemáticamente para sostener una misión mundial. La lección de esta semana explorará más a fondo las razones para proveer diezmos y ofrendas voluntarias destinados al sostén de la obra de Dios, y las bendiciones que resultan de ello.
Copia de tu versión preferida de la Biblia Malaquías 3: 1 al 10. Si no cuentas con mucho tiempo, escribe una parte del texto principal. O si lo prefieres, puedes parafrasear el pasaje bíblico utilizando tus propias palabras, resumirlo o hacer un bosquejo.
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2023. 4to. trimestre 2023 LA HERENCIA ADVENTISTA Lección 7 «EL SISTEMA DE DIEZMOS» Colaboradores: Pr. Brayan R Cedillo & Magda Sanchez