Lección E. Sabática Universitarios 2023 Para el: 20 noviembre
Romanos 12: 1 es uno de los muchos pasajes en los que Pablo recalca la idea de que nuestro cuerpo no nos pertenece. Él invita a cada miembro de la iglesia a responder a las abrumadoras «misericordias de Dios» presentando su cuerpo como «sacrificio vivo» a Dios. Los que se maravillan del amor de Dios al presentar a su Hijo como sacrificio por nuestros pecados se sienten impulsados a presentar su propia vida a Dios como un sacrificio vivo listo para el servicio.
Dios no nos pide que hagamos por él lo que él no está dispuesto a hacer por nosotros. Dios requiere de nosotros un compromiso total. Quiere que le entreguemos todo nuestro ser: cuerpo, mente y alma. La salud de la mente y del alma depende en gran medida de la condición del cuerpo. Vemos este principio en otros escritos de Pablo, cuando se refiere al cuerpo como un «templo» (1 Cor. 3: 16; 6: 19). Cuando el cuerpo-templo está deteriorado, su capacidad de servicio y adoración se debilita.
Satanás es muy consciente de este principio y hace todo lo posible por tergiversarlo en su beneficio y en detrimento de nosotros. Una de las muchas filosofías que difunde para lograr este objetivo dice algo así: «Es tu cuerpo, haz lo que quieras con él». La cuestión se reduce a la propiedad y, en última instancia, a los orígenes: ¿somos dueños de nosotros mismos o Dios es nuestro dueño? El modo en que tratamos nuestro cuerpo demuestra lo que realmente creemos sobre esta importante cuestión.
Pertenecemos a Dios, primero porque Dios nos creó y segundo porque nos redimió del pecado. Sobre la base de todo lo que Dios ha hecho por nosotros y de toda la misericordia que nos ha mostrado, Pablo nos pide que seamos un sacrificio vivo, que nos presentemos vivos, con toda nuestra energía y poder dedicados al servicio de Dios. Pablo llama a este servicio razonable o lógico precisamente por la misericordia de Dios. A medida que glorifiquemos a Dios en nuestro cuerpo, experimentaremos las mismas bendiciones físicas y mentales que Daniel y sus amigos disfrutaron, presentadas en Daniel 1. Al poner a Dios en primer lugar en su alimentación, Daniel y sus amigos tomaron decisiones que optimizaron su salud y les dieron una ventaja significativa sobre sus compañeros. Gracias a su estricta disciplina y temperancia, no tenían rival físico ni intelectual. Dios está enfocado en todo nuestro ser. Él quiere que alcancemos la mejor salud física, mental y emocional. Tener la mejor salud en cada aspecto de la vida nos permite tener un mayor impacto sobre la vida de los demás.
Al igual que Daniel y sus amigos, nosotros también decidimos si nuestra alimentación se adaptará a los parámetros de este mundo o será transformada por Dios. La Biblia habla de tres tipos de alimentación: la ideal, la aceptable y la inaceptable. Dios dio la alimentación ideal a Adán y a Eva en el Jardín del Edén cuando les dio una dieta basada en vegetales, que hasta el día de hoy promueve la mejor salud y la vida más larga (Gén. 1: 29). Después del diluvio, Dios permitió al hombre comer carnes limpias y le prohibió el consumo de sangre y carnes impuras (Lev. 11; Deut. 14: 3-11). Estas categorías alimenticias del Antiguo Testamento se mantuvieron, según el libro de los Hechos, cuando el Concilio de Jerusalén decidió qué leyes mosaicas debían seguir los gentiles convertidos al cristianismo (Hech. 15: 20, 29).
Algunos dirán que la alimentación es un tema más delicado que algunas cuestiones teológicas, ya que la forma en que comemos es personal, cultural y habitual. Lo que hacemos con nuestro cuerpo es una elección personal, pero siempre debemos recordar que pertenecemos a Dios y, por tanto, debemos tratar nuestro cuerpo como posesión suya.
En Romanos 12: 2 hay dos verbos contrastantes que representan dos caminos muy divergentes orientados a resultados muy distintos: conformar y transformar. El poder transformador de Dios nunca puede lograr lo que necesita en nuestra vida a menos que estemos dispuestos a romper el molde de este mundo. No podemos conformarnos a Dios y conformarnos a este mundo al mismo tiempo. Aceptar una cosa es rechazar la otra. El poder de Dios no trae solo un cambio superficial y fugaz; la obra transformadora de Dios en nuestro corazón se refleja en nuestro ser más íntimo. Ocurre desde dentro hacia fuera.
Regresa al texto que has copiado o parafraseado. Analízalo directamente y reflexiona sobre su contenido con el máximo detenimiento.
¿A qué parece apuntar lo que copiaste y relacionaste?
¿Qué beneficios disfrutarías si eligieras un estilo de vida más sano del que llevas ahora?
www.meditacionesdiarias.com
www.faceboock.com/meditacionesdiariass
https://play.google.com/store/apps/details?id=com.meditacionesdiarias.mobile
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2023.
4to. trimestre 2023 LA HERENCIA ADVENTISTA
Lección 8 «EL MENSAJE DE SALUD»
Colaboradores: Pr. Brayan R Cedillo & Magda Sanchez
Recibe gratis nuestros matinales, cada mañana, en tu correo electrónico.
Solo ingresa tu dirección y haz clic en suscribir, luego recibirás un correo con las instrucciones para confirmar tu suscripción: