«El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto». Lucas 16:10
EL SERVICIO ACTIVO para Dios está directamente relacionado con los deberes comunes de la vida, aun con las ocupaciones más humildes. Debemos servir a Dios donde él nos ponga. Él debe colocarnos a cada uno en nuestro lugar, y no nosotros mismos. Posiblemente el trabajo en el hogar sea el lugar que debamos ocupar durante un tiempo, o tal vez durante toda la vida. Entonces hay que prepararse para llevar a cabo ese trabajo lo mejor posible para el Señor.
El Señor nos está probando para ver qué clase de fibra o atributos estamos poniendo en la edificación del carácter. Si somos descuidados e indiferentes, negligentes y desatentos, en las cosas pequeñas de todos los días, nunca seremos aptos para otro servicio para Dios. […] El que es infiel en lo poco, con se-guridad repetirá esta infidelidad si se lo coloca en posiciones más elevadas y si se le dan mayores responsabilidades. […] Llevará a cabo el servicio a Dios de una manera descuidada. […]
Se subestima la importancia de las cosas pequeñas solo porque son peque-ñas, pero su influencia para el bien o para el mal es enorme. Son las que forman gran parte de la disciplina de la vida de cada ser humano. Son parte de nuestra preparación en la santificación de todos los talentos que Dios nos confió. La fidelidad en las cosas pequeñas en la realización de los deberes hace que el obrero de Dios refleje cada vez más a Cristo.
Nuestro Salvador es un Salvador para la perfección de todo el ser humano. No es el Dios de una sola parte del ser. La gracia de Cristo obra para disciplinar toda la textura humana. Él lo hizo todo. Él ha redimido a todos. Ha hecho partícipes de la naturaleza divina a la mente, la energía, el cuerpo y el alma, y todos son su posesión adquirida. Hay que servirlo con toda la mente, el corazón, el alma y las fuerzas. Entonces, el Señor será glorificado en sus santos, aun en las cosas comunes y temporales en las que participen. «Santidad a Jehová’) será la inscripción colocada sobre ellos.— The Youth’s Instructor, 14 de abril de 1898.