Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día y en día. 2 COR 4:16
Quisiera contarle de un amigo, Milton Schustek, quien fue pastor en Checoslovaquia durante los años de la dominación y opresión religiosa soviética.
Cuando los comunistas se apoderaron de su país, Schustek quiso estar libre para ministrar a su congregación de guardadores del sábado en Praga. Pero los comunistas tenían otras ideas. Ellos tenían la intención de mandar a todos los pastores a los campos de trabajos forzados.
Milton sabía que lo querían enviar tan lejos de su congregación como fuera posible, a las minas de carbón en el norte. Pero él pensó en una manera de seguir con su trabajo pastoral en la ciudad. Había un trabajo que nadie quería, limpiar las cloacas. Nadie quería descender por esas estrechas e inmundas alcantarillas, cientos de metros por debajo de las calles de la ciudad.
Milton decidió ir a ver a los oficiales comunistas y pedir ese trabajo. Pero primero se arrodilló y oró: “Jesús, quisiera adorarte cada sábado. Ayúdame a guardar tu ley y serte fiel”.
Milton fue a ver a oficial local. Le dijo: “Entiendo que ustedes quieren enviarme a las minas a trabajar. Déjenme decirles algo. Mi abuelo trabajó en las minas y mi padre trabajó en las minas, y yo estoy dispuesto a trabajar en cualquier mina a donde ustedes me envíen. Pero tengo una sugerencia. Ustedes necesitan que alguien haga el peor trabajo que tienen. Yo lo se. Es descender a las cloacas, y estoy dispuesto a hacerlo. ¿Por qué no me asignan para limpiar las alcantarillas de Praga? Estaré feliz de hacerlo”. El oficial comunista estuvo de acuerdo en darle ese trabajo.
Nunca olvidaré la mirada de Milton cuando me contó esta historia. Admitió que era un trabajo muy pesado, oscuro y solitario›. ‘Pero valió la pena cada día —dijo—, porque podía adorar a Dios con mi congregacióncada sábado”.
Dios tiene sus fieles en todas las épocas. Son como luces que brillan en un lugar oscuro.
Milton Schustek estuvo dispuesto a servir a Dios a toda costa.. Dios locuidó, y vaa cuidar de usted también.Dios obra milagros en aquellos que confían en él. Cuando por fe nos asimos de su fortaleza, las puertas milagrosas se abren. El las abrió para Milton Schustek, y las abrirá para ustedtambién.
Nunca veremos a Dios obrar milagros en nuestras vidas su transigimos descuidadamente, El transigir niega a Dios el privilegio de obrar un milagro para liberarnos de nuestro dilema, Permanezcan firme, no se desanime, y vea como Dios abre las puertas.