Las fuerzas emocionales negativas causan desorden en todo el ser
La envidia y los celos son enfermedades que alteran todas las facultades del ser. Se originaron con Satanás en el paraíso […]. Aquellos que escuchan su voz, rebajarán a otros, y los desfigurarán y falsificarán a fin de hacerse publicidad a sí mismos. Pero ninguna cosa que contamina puede entrar en el cielo; a menos que quienes fomenten este espíritu sean transformados, nunca podrán entrar allí, porque criticarían a los mismos ángeles. Envidiarían la corona de otro. No sabrían de qué hablar, a menos que pudieran traer a consideración los errores y las imperfecciones de los demás.—Nuestra Elevada Vocación, 236 (1897).
Un temperamento no santificado pone en peligro la mente y la vida del predicador
La manifestación de un temperamento no santificado, aunque sea en las reuniones del pueblo de Dios, pone en peligro su mente y su vida. Pregúntese a sí mismo: ¿Vale la pena que siga como hasta ahora, en medio de luchas y contiendas?—Carta 21, 1901.
Cuando se pierde el poder de Dios
Los hombres y las mujeres han sido comprados por precio—y ¡qué precio!—: la vida misma del Hijo de Dios. Algo terrible es que se ubiquen en un lugar donde sus facultades físicas, mentales y morales se corrompen, donde pierden su vigor y su pureza. Tales hombres y mujeres no pueden ofrecer a Dios un sacrificio aceptable. Como consecuencia de la perversión de los apetitos y las pasiones, el ser humano ha perdido el poder de Dios y se ha convertido en un instrumento de injusticia. Todo el ser está enfermo -cuerpo, alma y espíritu- pero había sido provisto un remedio para la santificación de la humanidad. La mente y el cuerpo no santificados pueden recibir purificación. Se ha hecho una maravillosa provisión para que podamos recibir perdón y salvación.—Carta 139, 1898.
Quienquiera observe sencillez en todos sus hábitos, domine el apetito y controle las pasiones, podrá conservar fuertes, activas y vigorosas sus facultades mentales. Rápidas para percibir todo lo que demande pensamiento y acción, sensibles para discriminar entre lo santo y lo profano, y listas para dedicarse a toda empresa que redunde en gloria para Dios y en beneficio para la humanidad.— Hijos e Hijas de Dios, 88 (1881).
MENTE CARÁCTER Y PERSONALIDAD TOMO #2 SECCIÓN #17: PSICOLOGÍA PRÁCTICA CAPÍTULO 88: INFLUENCIAS NEGATIVAS SOBRE LA MENTE Por: Elena G De White Colaboradores: Liseth Orduz & América Lara