El cielo toma nota de aquel que lleva consigo una atmósfera de paz y amor. Tal persona recibirá su recompensa. Permanecerá en el gran día del Señor.—Nuestra Elevada Vocación, 236 (1886).
La relación con Dios debe ser personal a pesar del consejo y la educación
Si bien la educación, el adiestramiento y el consejo de gente de experiencia son esenciales, debe enseñarse a los obreros que no confíen en el juicio humano. Como libres instrumentos de Dios que son, todos deben pedirle sabiduría. Cuando el alumno depende totalmente de los pensamientos de otro, y no va más allá de la aceptación de sus planes, ve solamente por medio de los ojos de ese hombre, y en ese sentido es solo un eco del otro. Dios trata con los hombres como seres responsables. Obrará por medio de su Espíritu en la mente que ha puesto en el hombre, si este está dispuesto a darle la oportunidad de hacerlo y lo reconoce en sus actividades. Ha establecido que cada cual emplee por sí mismo su mente y su conciencia. No es su intención que alguien se convierta en la sombra de otro, para expresar únicamente los sentimientos de ese otro.—Testimonies for the Church 5:724, 725 (1889).
Dios aprueba el desarrollo de la mente
Si la mente está santificada por el amor y el temor de Dios, su más elevado desarrollo recibe la plena aprobación divina. Los hombres humildes que Cristo eligió estuvieron tres años con él, sujetos a la influencia refinadora de la Majestad del cielo. Cristo fue el más grande educador que el mundo haya conocido.—The Review and Herald, 21 de junio de 1887; Fundamentals of Christian Education, 47, 48.
MENTE CARÁCTER Y PERSONALIDAD TOMO #2 SECCIÓN #17: PSICOLOGÍA PRÁCTICA CAPÍTULO 87: PSICOLOGÍA Y TEOLOGÍA Por: Elena G De White Colaboradores: Liseth Orduz & América Lar