La impresión que se ha causado en las mentes es que la religión es perjudicial para la salud. Esto no es verdad y no debe aceptarse. La religión pura produce paz, felicidad y contentamiento. La piedad es provechosa para esta vida y para la venidera.—Carta 1b, 1873.
¿Sentarse a los pies de Jesús o confiar en la comprensión humana?
Cristo debe ser mezclado con todos nuestros pensamientos, sentimientos y afectos. Debe manifestarse en los menores detalles de nuestro servicio diario, en la obra que él nos ha dado para hacer. Cuando, en lugar de confiar en la comprensión humana, o conformarnos a las máximas del mundo, nos sentemos a los pies de Jesús, bebiendo ansiosamente sus palabras, aprendiendo de él, y diciendo “Señor, ¿qué quieres que haga?”, nuestra independencia natural, nuestra confianza propia, nuestra obcecada fuerza de voluntad, serán cambiadas por un espíritu infantil, sumiso y educable […]. Reconoceremos la autoridad que Cristo tiene para dirigirnos, y su derecho a
nuestra obediencia sin reparos”.—Nuestra Elevada Vocación, 101 (1902).
Ciencia de la verdad frente ciencia de la filosofía mental
Dios no ha dado ninguna luz adicional para que ocupe el lugar de su Palabra. Esta luz debe guiar las mentes confundidas a la Palabra, y cuando estas la coman y la digieran, será sangre vital para el alma.
Las buenas obras se manifestarán como una luz que resplandece en las tinieblas. Si mientras usted estudiaba la ciencia de la filosofía mental hubiera examinado diligentemente la ciencia de la verdadera piedad, su experiencia cristiana habría sido muy diferente de lo que es ahora. ¿Por qué se ha apartado de las puras corrientes del Líbano para beber las aguas turbias de la llanura: el engaño de los inventos humanos? El corazón necesita un poder que se encuentra solo en la Palabra de Dios. Este poder es el Pan de vida que, si el hombre lo come, vivirá para siempre. No solo debe probar de vez en cuando este pan que desciende del cielo, sino vivir de las palabras que son espíritu y vida para quien las recibe. El aferrarse fervientemente de la verdad y apropiarse personalmente de las palabras de Cristo, obra una transformación en el carácter.—Carta 130, 1901.
MENTE CARÁCTER Y PERSONALIDAD TOMO #2 SECCIÓN #17: PSICOLOGÍA PRÁCTICA CAPÍTULO 87: PSICOLOGÍA Y TEOLOGÍA Por: Elena G De White Colaboradores: Liseth Orduz & América Lar