“Procuramos hacer lo correcto” (2 CORINTIOS 8:21).
Mensaje
Compartimos a Jesús al hacer lo que es correcto.
REFERENCIAS
HECHOS 16:16-34; LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES, PP. 172-179.
Pablo y Silas estaban en la cárcel. Podrían fácilmente murmurar y quejarse, pero amaban a Jesús e hicieron algunas cosas muy diferentes. Veamos cómo compartieron a Jesús.
Pablo y Silas andaban en la ciudad. Una muchacha que tenía un espíritu malo los seguía. Sus amos ganaban mucho dinero escuchando a este espíritu malo y luego diciendo a la gente lo que iba a ocurrirles. Durante varios días la muchacha siguió a Pablo y a Silas gritando: “Estos hombres son siervos del Dios Altísimo! ¡Y les anuncian el camino de la salvación!”.
Finalmente Pablo se volvió hacia la muchacha y ordenó al espíritu malo:
—¡En el nombre de Jesucristo te ordeno que salgas de ella!
El espíritu malo salió de la muchacha inmediatamente, y ella se quedó quieta.
Los amos de la muchacha se enojaron mucho. Ellos arrastraron a Pablo y a Silas hasta el palacio de los gobernantes de la ciudad.
—Estos hombres son judíos y nos están causando problemas —gritaron—.
¡Están enseñando cosas que son contra la ley que nosotros practicamos!
Una airada multitud se reunió y comenzaron a golpear a Pablo y a Silas con palos. Entonces los gobernantes echaron a Pablo y a Silas a la cárcel.
Aunque tenían mucho dolor, Pablo y Silas comenzaron a orar y cantar alabanzas a Dios. ¡Los otros prisioneros y el carcelero no podían creer lo que estaban escuchando!
Cerca de la medianoche la tierra comenzó a temblar tan duro que las puertas de la cárcel cayeron y las cadenas de todos los prisioneros se soltaron.
El carcelero estaba seguro de que todos los prisioneros se habían escapado. Comenzó a temblar lleno de temor. Creía que sería castigado porque los prisioneros se habrían escapado.
Pero entonces Pablo gritó:
—Todos estamos aquí.
—¡Tráiganme una luz! —gritó el carcelero.
Corrió para ver por sí mismo. ¡Ni un solo prisionero había escapado!
El carcelero llevó a Pablo y a Silas a su casa.
—Señores —les dijo—, ¿qué debo hacer para ser salvo?
—Solo cree —le dijeron Pablo y Silas sonriendo—. Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa.
—Yo creo —dijo el carcelero mientras les lavaba tiernamente las heridas a Pablo y a Silas.
Antes de que amaneciera Pablo y Silas bautizaron al carcelero y a toda su familia.
Pablo y Silas hicieron lo correcto. Ellos alabaron a Dios cuando les ocurrieron cosas malas. Y mostraron al carcelero el amor de Jesús. Tú puedes compartir a Jesús haciendo lo que es correcto también.
Lección de Escuela Sabática para JARDÍN DE INFANTES 4to Trimestre 2023 Lección #08: «ALABANZAS EN LA PRISIÓN» Colaboradores: Adriana Jiménez & Wilber Valero