«El rey me preguntó entonces: “¿Y qué es lo que pides?” Yo oré al Dios de los cielos» (Nehemías 2: 4, RVC.).
Transcurrieron cuatro meses desde que Nehemías se enteró de la deplorable situación de sus conciudadanos en Jerusalén hasta el momento que pudo externarle al rey su sentir. Nehemías no fue atrabancado, ni fue a exigirle al rey algo a lo cual no estaba obligado. Pero lo que si realizó fue esperar el momento oportuno y analizar qué le iba a plantear al rey, de tal manera que cuando ese día llegó, Nehemías ya sabía: cuánto tiempo iba a durar su viaje y cuando volvería; además, las cartas que necesitaba para los gobernadores del otro lado del rio de tal manera que no tuviera obstáculos que le impidieran avanzar, así mismo, averiguó el nombre del guardabosques para que por orden del rey les concediera el material para la reconstrucción de la ciudad.
Si bien cuatro meses pueden parecer mucho tiempo, pasa deprisa cuando se aprovecha. Hubiera sido absurdo presentarse ante el rey sin tener peticiones específicas; más aún, si el rey hubiera cuestionado a Nehemías y este no hubiera tenido respuestas precisas. Pero la realidad es que Nehemías no solicitó una entrevista con el rey. Un día, mientras cumplía su trabajo, el rey notó algo extraño en su actitud, entonces lo interrogó: «‘Te veo muy triste. ¿Qué te pasa? No pareces estar enfermo, así que has de tener algún problema». En ese momento sentí un gran temor» (vers.1-2). Nehemías sintió temor por qué tener una expresión alegre delante del rey se consideraba un deber. El sensato rey sabía que su copero no estaba enfermo… en un arrebato de ira, no solo lo hubiera destruido de su oficio, sino que pudo haberlo mandado matar.
Entonces, a pesar de su temor, Nehemías oró a Dios. ¿Cómo oró en ese lugar? ¿Cuánto tiempo oró? Oró de pie y su oración fue una «oración relámpago». Las oraciones relámpago surten efecto cuando antes hemos platicado con Dios abiertamente, el tiempo necesario, sobre nuestra necesidad. Entonces Dios le respondió: ahora es tu momento Nehemías es tu oportunidad, aprovéchala.
Afortunadamente, ya que Nehemías lo había investigado todo, sin titubeos pudo plantearle al rey con precisión lo que necesitaba. Cuando el rey comprendió su pesar, pero además se dio cuenta que Nehemías sabía lo que necesitaba, no dudó en apoyarlo en cada una de las peticiones.
Tomado De: Lecturas Devocionales Para Menores 2023. “SIGUIENDO LAS HUELLAS DE LOS GRANDES PERSONAJES DE LA BIBLIA” Por: «CÉSAR SÁNCHEZ MURILLO» Colaboradores: Karla González & Mayra Leyva