NO AL ORGULLO
«Aunque te eleves como el águila y pongas tu nido en las estrellas, de allí te hare caer» (Abdías 1:4).
El libro del profeta Abdías es el más breve de todos los libros del Antiguo Testamento. ‹Abdías» significa «siervo de Jehová», pertenecía al reino del sur y su mensaje está destinado a la nación de Edom (los descendientes de Esaú); destaca cómo Dios juzga a las naciones. La primera razón para juzgar a Edom es a causa de su orgullo. Hoy, la percepción de Dios contra el orgullo es igual que en los días del profeta. En esencia, el orgullo desplaza a Dios de nuestra vida, pues nos hace creer que podemos ser autosuficientes para vivir, planear y decidir sin considerarlo a él, ni su Palabra.
Además del problema intrínseco del orgullo, la sociedad actual no le ve nada malo. Es común que alguien procure evadir o alejarse de cualquier persona que tenga la fama de tomar lo ajeno, ¿pero qué de malo hay de convivir con una persona orgullosa? En realidad, a la persona orgullosa le cuesta reconocer su error, pues es reacia a aceptar la ayuda divina.
En el caso específico de Edom, se jactaba como nación. Primeramente sus habitantes se sentían seguros debido a la zona geográfica donde vivían; se consideraban invulnerables, ya que estaban asentados entre la grietas de las rocas y en las alturas (vers.3). Consideraban que nadie los podía derrotar. Además, tenían puesta su esperanza en las riquezas que habían acumulado pero Dios les anticipa que llegarían saqueadores que los dejarían en la ruina. Asimismo, los edomitas confiaban en las alianzas políticas y militares que habían establecido, pero de nada les servirían en la debacle que iban a enfrentar (vers. 6-7). Por último, podemos destacar que Edom había puesto su confianza en la ciencia y en los sabios de sus días así como en su poderoso ejército, pero la profecía les anticipaba que no quedaría alguno de sus soldados vivo (vers. 8-9).
Las actitudes de Edom nos recuerdan que la humanidad no ha cambiado en absoluto. ¿No es acaso en estos mismos elementos en que el ser humano coloca su esperanza y confianza? En efecto: el dinero, dónde vivimos, el grado académico, ser parte de una nación considerada de élite, da como resultado que una persona se sienta segura y llegue a pensar que puede prescindir de Dios; en consecuencia, florece el orgullo. Ante esta realidad Salomón escribió: «Tras el orgullo viene el fracaso» (Proverbios 16:18).
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Tomado De: Lecturas Devocionales Para Menores 2023.
“SIGUIENDO LAS HUELLAS DE LOS GRANDES PERSONAJES DE LA BIBLIA”
Por: «CÉSAR SÁNCHEZ MURILLO»
Colaboradores: Karla González & Mayra Leyva