«Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero». APOC 3:10, 11
Cuando las pruebas dominan nuestras vidas el Señor nos insta a seguir buscando una puerta abierta. Es importante perseverar.Cristo es más fuerte que ningún otro poder que puede erguirse en contra nuestra. Nada puede cerrar una puerta que él abre.
Un mendigo se lamentaba al costado del camino, era ciego desde el día de su nacimiento, pero Jesús se detuvo y tocó sus ojos. Jesús abrió la puerta, un mundo totalmente nuevo se abrió para este hombre. Era una puerta que ningún otro podría haber abierto.
Once discípulos se encerraron en el aposento alto, lamentando la pérdidade su Maestro, teniendo por sus vidas, con su confianza quebrantada. Pero se les apareció el Cristo resucitado.
Esos hombres salieron con valor para testificar de lo que habían visto y oído y trastornaron al mundo. Pasaron por una puerta que ningún otro pudo abrir, y ningún otro pudo cerrar.Esto es lo que hace el gran Médico. Él le envía un mensaje cuando usted no tiene fuerzas, cuando no tiene confianza. Él le promete una puerta abierta, no importa cuáles sean las circunstancias. Y ¡mire las puertas que él ha abierto! ¡Mire las vidas que él ha transformado! Mire lasoportunidades queél le da. Mire las posibilidades delante de usted.
El salmista canta: “Los que miraron a él fueron alumbrados, y sus rostros no fueron avergonzados (Sal. 34:5). Cuando nos enfocarnos en nuestros problemas, se hacen más grandes de lo que realmente son. Cuando nos enfocamos en Jesús, él se convierte en lo más grande de nuestra vida.
No permita que los problemas lo agobien. No deje que los obstáculos dominen su visión. Tome la determinación de encontrar la puerta abierta de Dios. Toma la determinación de seguir buscando, de seguir perseverando hasta que vea la luz que entra por la puerta que solo Cristo puede abrir.