« El Señor manda por el mismo profeta: “Ata el rollo del testimonio, y sella la ley entre mis discípulos” (Isaías 8: 16, VM). El sello de la ley de Dios se encuentra en el cuarto mandamiento. Este es el único de los Diez Mandamientos que contiene tanto el nombre como el título del Legislador. Declara que es el Creador del cielo y de la tierra, y revela así el derecho que tiene para ser reverenciado y adorado sobre todos los demás. Aparte de este precepto, no hay nada en el Decálogo que muestre qué autoridad fue la que promulgó la ley. Cuando el día de reposo fue cambiado por el poder del papa, se le quitó el sello a la ley. Los discípulos de Jesús están llamados a restablecerlo elevando el sábado del cuarto mandamiento a su lugar legítimo como institución conmemorativa del Creador y signo de su autoridad
»“¡A la ley y al testimonio!”. Aunque abundan las doctrinas y teorías contradictorias, la ley de Dios es la regla infalible por la cual debe probarse toda opinión, doctrina y teoría. El profeta dice: “Si no hablan conforme a esta palabra, son aquellos para quienes no ha amanecido” (Isaías 8: 20, VM).
»También se da la orden: “¡Clama a voz en cuello, no te detengas! ¡Eleva tu voz como trompeta! ¡Declara a mi pueblo su transgresión, a la casa de Jacob sus pecados!”. Los que deben ser reconvenidos a causa de sus transgresiones no son los que constituyen el mundo impío, sino aquellos a quienes el Señor designa como“mi pueblo”.Dios dice además:“Y con todo,me buscan de día en día, y tienen deleite en aprender mis caminos, como si fuera nación que obra justicia, y que no abandona la ley de su Dios” (Isaías 58: 1, 2, VM). Aquí se nos presenta a una clase de personas que se creen justas y parecen manifestar gran interés en el servicio de Dios; pero la severa y solemne censura del Escudriñador de corazones prueba que están pisoteando los preceptos divinos.
»El profeta indica como sigue la ordenanza que ha sido olvidada: “Los cimientos de generación y generación levantarás: y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar. Si retraes del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y al sábado llamas delicias, santo, glorioso de Jehová; y lo veneras, no andando en tus caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus palabras; entonces te deleitarás en Jehová” (vers. 12-14). Esta profecía se aplica también a nuestro tiempo. La brecha fue hecha en la ley de Dios cuando el sábado fue cambiado por el poder romano. Pero ha llegado el tiempo en que esa institución divina debe ser restaurada. La brecha debe ser reparada, y levantados los cimientos de muchas generaciones».— Elena G. de White, El conflicto de los siglos, cap. 27, pp. 446-447
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2023. 4to. trimestre 2023 UNA ESPERANZA VIVA Lección 3 «LA HERENCIA ADVENTISTA»EL SÁBADO Colaboradores: Pr. Brayan R Cedillo & Magda Sanchez