Devoción Familiar 2023 Para el: 24 octubre
Santificad mis días de reposo, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios. EZE. 20:20
Se cuenta una historia de esos terribles días cuando innumerables personas fueron enviadas a los campos de concentración de los nazis. En la terminal del tren en uno de esos campos de muerte, los oficiales de la SS comenzaron a separar de las mujeres y los niños a los hombres aptos para el trabajo.
Había allí un padre que era miembro de una familia real. De pronto se dio cuenta que quizá no vería más a su hijo. Así que se arrodilló al lado del muchacho, lo tomó de los hombros y le dijo: “Miguel no importa lo que pase, quiero que siempre recuerdes una cosa. Tú eres especial, eres el hijo de un rey”.
Muy pronto, los soldados separaron al padre y a su hijo. Los llevaron a diferentes sectores del campamento. Nunca más volvieron a verse.
Con el tiempo Miguel supo que su padre había perecido en una cámara de gas. Tuvo que salir solo y abrirse paso en el mundo. Pero las últimas palabras de su padre siempre permanecerían con él. “Tú eres el hijo de un rey”. Miguel se propuso, que pasare lo que pasara, él actuaría como el hijo de un rey.
La doctrina del sábado es un mensaje importante de nuestro Padre celestial, una señal que declara: “Tu eres hijo del Rey del universo. Te reclamo como mío”.
El sábado nos habla del Dios que nos creó. Nos lleva de vuelta a nuestros orígenes.
Cada sábado se nos recuerda que no somos huérfanos cósmicos. No somos niños abandonados en la calle. Somos hijos del Creador.
Desde que él nos creó, nos ha valorado. Desde que él nos formó, se ha interesado en nosotros. Todo lo que nos concierne, le concierne a él. Las cosas que nos preocupan, le preocupan a él. Cuando alguien nos lastima, él se siente lastimado. Isaías lo presenta así:
“En toda angustia de ellos, él fue angustiado” (Isaías 63 :9).
¿Por qué? Simplemente porque él nos creó. Él es un Padre amante que se preocupa por sus hijos. Si Dios me valora, ¿no debería yo valorarme a mí mismo? Si Dios me ama más de lo que yo puedo imaginarme, ¿no debería mi corazón estar lleno de ánimo hoy?
Yo soy suyo y él es mío y con eso tengo contentamiento. Mi corazón rebosa de gozo en el conocimiento certero de que yo soy hijo del rey del universo.
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Lecturas Devocionales Familiares 2023
«SOBRE TIERRA FIRME»
Por: MARK FINLEY
Colaboradores: Familia Mariscal
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