Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir. APOC 3:2
Pocas ciudades podían rivalizar con Sardis en riqueza. Los arqueólogos han desenterrado un mercado inmenso, lo cual sugiere que Sardis, la capital de Lidia, era una comunidad pujante. Las primeras monedas en la historia se usaron en Sardis en el 640 a.C., pero los cristianos del primer siglo parecían no tener los medios para sostenerse. Había muy poco con qué nutrirse espiritualmente, así que su vida espiritual se secó. ¿Qué receta trae el gran Médico a Sardis? Es bastante sencilla, a simplevista.
Jesús le dijo a Sardis: «Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están por morir (Apoc. 3:2). Afirmen lo que les queda.
Los cristianos en Sardis tuvieron oposición por todos lados. ¿Alguna vez ha estado usted en una situación parecida? ¿Ha llegado alguna vez a un puntoen su vida cuando todas sus esperanzas y sueños murieron? Quizá se está sintiendo así en este momento. Muchas cosas malas nos suceden: divorcios, la muerte de un ser querido, la pérdida de un trabajo. Las tragedias golpean y nos sentimos como muertos. Nuestra vida espiritual se desvanece. Estamos listos para darnos por vencidos.
Pero el gran Médico tiene un mensaje para nosotros. Él dice: “Se vigilante”. Mira bien. “Afirma las otras cosas”.
Quizá usted sólo pueda ver los pedazos quebrantados de su vida. Pero Jesús dice: “Yo puedo hacer algo con estos fragmentos. Quiero que trabajes conmigo. Quiero que derives fuerzas de todo esto. Tráeme los pedazos de tu vida”.
El gran Médico es el Dios de una nueva creación. Él no sólo sana, si no que vuelve a crear. El crea algo de la nada.
Una vez Jesús visitó a un paciente muy enfermo en el pueblo deCapernaúm. Era una niña de doce años, hija del principal de la sinagoga.
Jesús llegó a su casa en medio de los fuertes lamentos de los asistentes. La niña había fallecido.
Jesús les pidió a las personas que salieran de ese lugar. Luego tomo a laniña de la mano y dijo: “Talita, cumi”, que significa “Niña, a ti te digo, levántate”. Inmediatamente la niña se levantó y caminó.
El paciente puede estar muerto, pero el gran Médico aún puede ayudar.
Él fue el Creador.
Él fue el Dios de un nuevo comienzo.
Él es el Dios de un nuevo comienzo. Ese fue su mensaje a Sardis 2.000 años atrás y es su mensaje para usted hoy. Él le dice: “confía en mí. Entrégame tu vida. Tráeme lo que queda, y yo haré algo maravilloso con ello».