El cordero que fue inmolado desde el principio del mundo. APOC 13:8
Una historia del primitivo asentamiento de Jamestown nos da una hermosa ilustración de la gracia. Es la historia de Pocahontas y Juan Smith. la historia real.
Las tensiones entre los colonizadores y los indios que ocupaban las tierras continuaban aumentando. Juan Smith, el valeroso líder de los coloniza- dores, trató de negociar la paz con el jefe indio Powhatan.
Pero un día, durante una ceremonia de los indios, varios guerreros tomaron a Smith y lo forzaron a que colocada su cabeza sobre unas rocas. Levantaron sus lanzas como para matarlo.
De pronto la hija favorita del jefe, una joven llamada Pocahontas, se apartó de la muchedumbre y se colocó sobre el cautivo. Ella ofreció su vida a cambio de la de Smith. La ejecución se detuvo.
Dos días más tarde, Smith se sorprendió de saber que el jefe indio lo había adoptado como su honorable hijo.
Pocahontas más tarde se enamoró y se casó con un granjero inglés de nombre Juan Rolfe. Él era un cristiano bondadoso e íntegro. Pocahontas pronto adoptó la fe cristiana, y creyó en el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Pocahontas comprendió lo que era el sacrificio, lo que significa dar lavida. La esencia del cristianismo es dar de sí. El tema central del cielo es el sacrificio. Cuando el exiliado apóstol Juan miro al cielo en visiónprofética, vio “un Cordero como inmolado” (Apoc. 5: 6).
Se menciona al Cordero casi 30 veces en el libro de Apocalipsis. Desde su origen hasta la gloriosa conclusión, la historia de amor de un cordero inmolado es la historia central. Jesús es “el cordero que fue inmolado desde el principio del mundo” (Apoc. 13:8). Un día nos regocijaremos en la cena de bodas del Cordero (Apoc. 19:7).
Su sacrificio, su muerte y su amor conquistan nuestros corazones. Su sacrificio fue supremo, y todo lo que podemos hacer es postrarnos a sus pies y darle nuestro corazón. Sin el sacrificio de Jesús estamos condenados a la muerte eterna; con él se nos asegura la vida eterna.