UN PADRE TIERNO Y MISERICORDIOSO
«El Señor es como un padre con sus hijos, tierno y compasivo con los que le temen». Salmo 103:13, NTV
DEBEMOS CONSIDERAR A Dios como un Padre tierno y misericordioso. No hay que estimar el servicio que se presta a Dios como algo aflictivo y perturbador. La adoración rendida a Dios y la participación en su obra deben resultar placenteras. Los corazones del pueblo de Dios se deben enternecer de amor y gratitud al meditar en el plan de salvación. […]
Dios no quiere que sus hijos, para quienes ha provisto una salvación tan grande, actúen como si él fuera un amo duro y exigente. Es su mejor amigo y, cuando lo adoran, espera estar con ellos para bendecirlos, consolarlos y llenar sus corazones de gozo y amor. El Señor desea que sus hijos se agraden en su servicio y que encuentren más placer que dificultad en su obra. El Señor desea que los que lo adoren lleven consigo gratos pensamientos sobre su cuidado y amor, para que cumplan con gozo todos los quehaceres de la vida diaria, para que tengan gracia para actuar honrada y fielmente en todo. […]
Deshonramos a Dios cuando pensamos en él únicamente como un juez que está listo para sentenciarnos, olvidándonos de que es un Padre amoroso. Toda la vida espiritual es moldeada por nuestros pensamientos sobre Dios, así que si albergamos un concepto equivocado de su carácter, saldremos perjudicados. Debemos ver en Dios a Uno que ama a los seres humanos y desea hacerles bien. 1…] En todas las Escrituras se presenta a Dios dirigiéndose tiernamente a los corazones de sus hijos descarriados. Ningún padre terrenal podría ser tan paciente con los errores y las fallas de sus hijos como lo es Dios con los que procura salvar. Nadie podría rogar más tiernamente al transgresor. Ningún labio humano pronunció jamás ruegos tan tiernos al transgresor como los suyos.
¿No amaremos a Dios y le mostraremos nuestro amor mediante una humilde obediencia? Cuidemos nuestros pensamientos, nuestras experiencias, nuestra actitud hacia Dios, porque todas sus promesas no son más que los soplos de su amor extraordinario.— The Review and Herald, 14 de enero de 1890.
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Devocional Vespertino Para 2023.
«A FIN DE CONOCERLE»
Por: ELENA G. DE WHITE
Colaboradores: Ruben D. Salazar & Miguel Miguel